Procopio fue un sacerdote casado, perteneciente a una importante familia de Praga.
Aunque ejerció como sacerdote y ofició como tal, llegó a ser el caudillo de la avanzada taborita durante la última parte de las guerras husitas.
Los bohemios entraron en negociaciones con Segismundo y los representantes del Concilio de Basilea y, después de prolongados debates, resolvieron enviar una embajada ante el concilio.
Con el paso del tiempo, las negociaciones resultaron infructuosas y Procopio con los otros enviados regresaron a Bohemia, donde estallaron nuevos conflictos.
Ayudados por los nobles, los ciudadanos del casco histórico se apoderaron de los barrios más radicales de la ciudad, mientras que Procopio intentaba defenderse sin éxito.