Los miembros que apoyaban las enseñanzas y prácticas luteranas se opusieron lógicamente a este acuerdo y a partir de esta protesta se les conoció como protestantes, nombre aún utilizado hoy en día para este movimiento religioso.
Envió instrucciones a su regente y hermano Fernando, para que siguiera una línea conciliatoria, pero su consejo no llegó a tiempo y Fernando leyó sus propias sugerencias -mucho menos conciliatorias- en el nombre de Carlos V al comienzo de la Dieta.
Fernando condenó la forma en que muchos príncipes interpretaron el receso emitido en Espira en 1526.
[1] Los protestantes sintieron que "Cristo estaba nuevamente en las manos de Caifás y Pilato".
Los zuinglianos y anabaptistas fueron excluidos por ambos bandos siendo estos últimos por unanimidad condenados a muerte.