[4] En el transcurso de su historia, los valdenses se establecieron principalmente en Europa Central (Austria, Alemania, Bohemia), Provenza, Delfínado, Piamonte, Lombardía, Irpinia, Apulia y Calabria, donde fueron sometidos a la represión sangrienta, a pesar de que su presencia en el territorio era poco visible.
[5][6] Los "Barba" fueron predicadores itinerantes que se desplazan en parejas formadas por un anciano (regidor) y un joven para anunciar el Evangelio en las comunidades de la diáspora Valdense, durante toda la Edad Media.
Los Barbas mantenían, una vez al año, una reunión general en la que se ocupaban de cuestiones doctrinales y disciplinarias.
Lo poco que se conoce de este encuentro es que se encarga a dos barbas, Guido di Calabria y Martino Gonin, la tarea de establecer un primer contacto con los reformadores.
[11] La investigación histórica recientes han permitido reconstruir con bastante claridad, gracias a las publicaciones de fuentes precisas, tanto las discusiones previas al sínodo y al debate a lo largo del mismo día, así como los detalles relacionados con el desarrollo histórico y los relacionados con el contexto en el que se desarrollaron los hechos.
[11][15][16] Los "Barba", es un personaje histórico bien definido, perteneciente al "valdismo del siglo XV", particularmente del área latina, y particularmente en el mundo alpino, fueron predicadores itinerantes, que se movilizaban permanentemente en lo que actualmente es Francia e Italia, predicando el evangelio a los grupos dispersos de valdenses.
Las vestimentas y los alimentos les eran ofrecidos gratuitamente por las comunidades a las que visitaban.
[20] Los "Barba", predicadores itinerantes se movían en parejas formadas por un anciano (regidor) y un joven (coadiudor) para anunciar el Evangelio en las comunidades de la diáspora Valdense.
Griot revela la presencia en la asamblea de Chanforan del sacerdote de la orden agustiniana Agostino Mainardi, un predicador famoso que unos años más tarde se vería obligados a refugiarse en los "Grigioni religionis causa" y moriría como pastor reformado en Chiavenna; y un fraile dominico Tommaso, ambos identificables por sus hábitos, negro (el Agustino ) y blanco (el Dominico).
Los dos, junto con Morel, Farel y Saunier, parecen haber sido las figuras más influyentes del sínodo, aportando una contribución decisiva para orientarla de manera reformada.
Luego, se abordan muchos problemas prácticos: cargos públicos, la usura, la autoridad de los magistrados, entre otras cosas.