Pronto obtuvo varios honores académicos y se convirtió en profesor de Teología en 1511.
Asistió a los primeros esfuerzos de la Reforma en Magdeburgo (1524), en Goslar (1531) y en Einbeck (1534).
Su posición era dolorosa y deseaba volver a Magdeburgo, pero Lutero lo persuadió para que se quedara.
Respecto a ellas sostuvo que eran no solo inútiles, sino perjudiciales en la cuestión de la salvación del hombre.
Hubo un pequeñ grupo que adoptó su opinión sobre las buenas obras, y fue llamada después por su nombre: los amsdorfianos.