[2] Según la doctrina católica, las buenas obras más perfectas y por eso más usadas para juzgar el católico o cristiano en el día de su Juicio particular son las obras de misericordia.
Estas obras, que, en total son catorce, tienen como finalidad socorrer "el nuestro próximo en sus necesidades corporales o espirituales".
Las buenas obras son particularmente recomendadas a los católicos durante el período anual de la Cuaresma.
Según la teología evangélica, las buenas obras son la consecuencia de la salvación y no su justificación.
Incluyen acciones para la Gran Comisión, es decir, evangelismo, servicio en Iglesia y la caridad.