El Juicio Final (Capilla Sixtina)

Alrededor a ellos están varios santos, representados sin perspectiva alguna, rodeándolos por todas partes.

Algunos parecen estar asustados por la acción que acaba de hacer Cristo, y otros están inquietos.

Para reconocerlos, Miguel Ángel los pintó con sus característicos complementos o con los objetos con los que fueron mártires.

Según el Apocalipsis, se supone que eran siete trompetas, aunque aquí parece haber ocho.

Volviendo al grupo central, estos a su vez están rodeados de una gran multitud, donde se encuentra gente común.

Además, hay dos lunetas en la parte superior del fresco ajenas a la situación que se vive.

Además de que la cola se oscurece con el tiempo, terminó por darle a la pintura un aspecto oscuro.

El tema estaba relacionado con lo que había sucedido en la Iglesia en los años precedentes: la Reforma Protestante y el saqueo de Roma.

Una vez terminada en 1541, la pintura provocó el escándalo y las críticas más violentas, pues se consideraba vergonzoso que en tan sagrado lugar se hubiesen representado tantas figuras desnudas, especialmente algunas parejas cuyas posturas podían parecer comprometidas.

Aunque el papa Julio III era tolerante y no se preocupó de los desnudos, a su muerte se decidiría la «corrección» del fresco colocando paños de pureza a todos sus personajes.

Más adelante, en 1570, cuando Miguel Ángel ya había fallecido, El Greco propuso repintar el Juicio Final pero esta vez, acorde a las ideas de la Contrarreforma.

Detalle de Cristo y María.
El Juicio Final antes de la restauración.
El Juicio Final durante la restauración.
El Juicio Final después de la restauración.