En la mayoría de las fuentes se trata del Estigia como sugiere Virgilio,[5] Pausanias[6] y más tarde Dante.
Esta costumbre fue importada, posteriormente, en la antigua Roma, y tiene su paralelo en la mitología etrusca, que precedió a la latina.
La primera mención de Caronte en la literatura griega parece ser en la Miníada, un poema perdido citado por Pausanias.
Dicho poema atribuye a la leyenda de Caronte un origen egipcio, como confirma Diodoro Sículo.
Caronte, la principal luna de Plutón, ha sido así denominada en honor al dios subterráneo; los otros satélites también llevan nombres en concordancia, como son Nix, Hidra, Cerbero o Estigia.
La mitología clásica no hace referencia a la filiación de Caronte, no obstante, en un texto dudoso y corrupto del Léxico de Hesiquio a Caronte parece que se le hace un Acmónida.
Natale Conti también nos dice que era hijo de Nix y Érebo, como todos los monstruos del infierno.