Bajo la República, el dupondius (en español, dupondio) fue una moneda de bronce fundida con un valor equivalente a dos libras romanas.
A partir de la reforma monetaria de Augusto de 23 a. C. fue siempre acuñado en bronce, y, para distinguirlo del as y del sestercio, que, desde Nerón, muchas veces tenían módulos similares, el busto del personaje del anverso siempre aparecía coronado con una corona radiada, similar a la que portaba el dios-sol Helios.
En principio, al ser una moneda de bronce o fraccionaria, fue acuñada por los triunviri monetales a las órdenes del Senado, y, aunque fue raro, bajo Augusto, se concedió a algunas colonias y municipios el derecho de emitir dupondios.
A partir de los Antoninos, fue acuñado directamente por la administración imperial.
El dupondio dejó de acuñarse a lo largo del siglo III.