Eco. Revista de la cultura de Occidente

Importantes ensayos, críticas y traducciones que invocaron los más prestigiosos nombres del momento abundan en sus páginas.

En el ámbito comercial aparecían las “empresas colombianas vinculadas a la cultura”: Emisora HJCK, Seguros Bolívar, Carvajal & Cía.

[15]​ También mediante los aportes críticos, que a su vez incentivan una mirada crítica, se integran o diferencian bien los conocimientos y se revisa la historia para aplicar a la actualidad la lección aprendida, como en “La reconstrucción del pasado individual y del pasado colectivo” de Frederick Wyatt (No.

[16]​En semejante declaración se entrevé otro aspecto de vital importancia: la atención a la cultura germana como horizonte intelectual —exclusiva al principio y que con el tiempo irá mermando, sin perderse jamás— era entendida como una forma de dar la espalda a la realidad inmediata.

Como lo señala Marín: “En Eco no aparece el intelectual que se siente responsable de su actuación pública, de su participación inmediata en las situaciones sociales y políticas del país…” y lo explica J. E. Jaramillo, “debía entenderse que Eco renunciaba a participar en la polémica cotidiana”.

Por ello, la prensa aminora en sus páginas sus acusaciones respectivas dentro de lo político para dedicarlas a críticas, comentarios, reseñas y propaganda.

Lo que podría llamarse la visión política dentro de la revista Eco se ajusta más o menos al discurso democrático en el cual conviven posturas divergentes.

A partir del número 4, figuran en el grupo de quienes publican la revista, Rafael Carrillo y Danilo Cruz Vélez, quienes estudiaron en Alemania y serían reconocidos por sus aportes a la filosofía moderna en Colombia así como por ser introductores de la fenomenología en el país.

[23]​ Más adelante se irían integrando al grupo permanente (Buchholz, Hasso Freiherr von Maltazahn, Carrillo, Cruz Vélez, Patiño), primero los redactores Valencia Goelkel, Suescún y Volkening, luego Fernando Charry Lara, Aurelio Arturo, Pedro Gómez Valderrama, Jorge Eliécer Ruiz y Ramón Pérez Mantilla.

Allí prosiguió la dedicada y ferviente labor cultural iniciada en su país natal, trasladada desde Berlín a Nueva York, Bucarest, Lisboa, Madrid y finalmente Bogotá, adonde llegó en 1951, buscando un ambiente más libre que el ofrecido por el régimen de Franco en España, que le prohibió la importación de libros.

Antonio de Zubiaurre Martínez (nacido en Haro, España, 1916) participó en la Guerra Civil Española y en la campaña rusa.

[30]​ Por su parte, Nicolás Suescún, quien conoció a Valencia en la Librería Buchholz, recuerda que: “era una persona de una inteligencia prodigiosa.

[33]​ Mientras estuvo en Eco publicó cuentos de los colombianos Policarpo Varón, Elisa Mújica, Darío Ruiz Gómez, Marvel Moreno, Alberto Aguirre, Amílcar Osorio y “pocas cosas mías”.

Numerosos artículos, ensayos, reseñas y comentarios de cine, escritos entre 1947 a 1961, se hallan dispersos en la prensa bogotana.

Sobre esta actividad escribió para la revista: “Tres versiones de un poema o las cuitas del traductor” (No.

124, 1970) y en su remembranza así lo veía Nicolás Suescún: “Volkening era una persona muy culta, seguía la literatura alemana con un espíritu apasionado pero crítico a la vez.

[35]​Cobo Borda forma un nuevo consejo de redacción que integran Hernando Valencia Goelkel, Nicolás Suescún, Ernesto Volkening, Aurelio Arturo, Pedro Gómez Valderrama, Jorge Eliécer Ruiz y Ramón Pérez Mantilla.

“Este nuevo grupo de trabajo pretende lograr un mayor acercamiento a la realidad intelectual colombiana y latinoamericana.” Durante este periodo se publicaron estudios sobre José María Arguedas, César Vallejo, Gabriel García Márquez, Juan Carlos Onetti, Jorge Zalamea, Leopoldo Lugones, Juan Goytisolo y Mario Benedetti, entre otros.

Sobre la importancia de esta labor en la revista, Carlos Rincón comentó:Creo que hace unas décadas en América Latina traducir fue echar mensajes al mar metidos en una botella.

En cuanto a los autores estadounidenses tenemos a Flannery O’Connor, Mary McCarthy, John Updike, John Cheever, Donald Barthelme, Bernard Malamud, el escritor judío de origen polaco Isaac Bashevis Singer y el escritor ruso nacionalizado Vladimir Nabokov.

Por el lado latinoamericano encontramos textos inéditos para el momento de Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Guillermo Cabrera Infante y Manuel Puig; también relatos de Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Fernando del Paso, Sergio Ramírez, Salvador Garmendia, Cristina Peri Rossi y Luisa Valenzuela.

En poesía, se encuentran españoles como Luis Cernuda, Jorge Guillén (con poemas dedicados a temas colombianos: “Los cerros de Bogotá”, “Cartagena de Indias” y “El jardín de los coquíes”) y Leopoldo Panero; están los poetas latinoamericanos más relevantes del momento: Octavio Paz, Gonzalo Rojas, Ernesto Cardenal, Mario Benedetti, Eugenio Montejo, José Emilio Pacheco, Nicanor Parra, Roque Dalton, José Lezama Lima, Ida Vitale, Juan Calzadilla, Enrique Molina, Roberto Juarroz, Carlos Germán Belli, Jorge Eduardo Eielson y César Moro.

Con las traducciones, además de poetas de lengua francesa Paul Valéry y Guillaume Apollinaire, o inglesa como W. B. Yeats, Dylan Thomas y W. H. Auden, el sueco Pär Lagerkvist o el polaco Witold Gombrowicz, se dieron a conocer los poetas norteamericanos Robert Penn Warren, Elizabeth Bishop, Robert Lowell, William Carlos Williams, Ezra Pound, Wallace Stevens, Sylvia Plath, Anne Sexton, John Ashbery y John Berryman.

Vale la pena destacar las contribuciones de crítica literaria de Günter Blöcker sobre Ernst Jünger, Edgar Allan Poe, Robert Musil, Franz Kafka, Henry Miller, Joseph Conrad, André Malraux, Aldous Huxley, Thomas Wolfe y Gustave Flaubert; así como número especial dedicado a Friedrich Hölderlin (Nos.

Entre los autores relacionados con la teoría literaria podemos citar a Claude Lévi-Strauss, Wolfgang Kayser, Mijaíl Bajtin, Hans Robert Jauss, Roland Barthes, Roman Jakobson, Boris Eichenbaum, Víctor Chklovski, Tzvetan Todorov y artículos como “Contribuciones de la lingüística al estudio del pensamiento” de Noam Chomsky (No.

Cabe señalar los ensayos de Germán Colmenares, Jorge Orlando Melo y Jaime Jaramillo Uribe, quien desde 1961 adelantó un trabajo sobre el liberalismo colombiano del cual se publicaron algunos textos en Eco.

Y con referencia la sociología en Colombia, el texto del mismo nombre de Hans Jürgen Krysmanski (No.

35, 1963) o “Max Weber y el urbanismo como ciencia política” de Carlos Zuzunaga Flórez (No.

En narrativa la revista Eco publicó cuentos de autores colombianos como Alberto Aguirre, Pedro Gómez Valderrama, Manuel Mejía Vallejo, Elisa Mújica, Ricardo Cano Gaviria, Darío Ruiz Gómez, Óscar Collazos, Luis Fayad, Álvaro Medina, Marvel Moreno, José Pubén, Armando Romero, Daniel Samper Pizano, Germán Santamaría, Nicolás Suescún, Umberto Valverde, Policarpo Varón, Roberto Burgos Cantor y Julio Olaciregui.

Valdría la pena anotar aquí los aportes que a la misma temática hicieron en la revista Eco dos autores fundamentales: el uruguayo Germán Rama con “Educación universitaria y movilidad social” (No.