[14] Salinas le recomendó a Cernuda poetas franceses del siglo XIX como Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Stéphane Mallarmé, Jules Laforgue y otros.
Esta última revista, fundada por Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, fue la más representativa de la generación del 27.
[34] En junio apareció una reseña elogiosa sobre este libro realizada por César Barja en la publicación The Modern Laguages Forum de Los Ángeles.
[36] En diciembre de 1927 publicó su Égloga en la revista Carmen,[37] que había sido fundada ese año en Gijón por Gerardo Diego.
Al acto asistieron como invitados Federico García Lorca, Rafael Alberti, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Juan Chabás y José Bergamín.
[43] Adriano del Valle y Fernando Villalón le despidieron en la estación de San Bernardo, donde tomó un tren a Málaga.
[49] En Francia conoció el jazz, inspirándose en este género para su poema I want to be alone in the South.
En esta comida también estuvieron Pedro Salinas, Juan Guerrero Ruiz, Federico García Lorca, León Sánchez Cuesta, José Bergamín y Gerardo Diego.
[63] Lorca le presentó a un joven actor gallego llamado Serafín Fernández Ferro[59] y tuvieron un romance.
[78] Por entonces había publicado ya en la revista Héroe, de Altolaguirre, un poema que se incluyó luego en Los placeres prohibidos.
[89] Una fotografía de ese año muestra a Cernuda, Bergamín, Altolaguirre, Alberti y Neruda andando por la calle.
[96] Ese mismo mes Juan Gil-Albert publicó Luis Cernuda o el aire dolorido en la portada de La gaceta del libro.
Ese mes, el Frente Popular, que aunaba a los partidos de izquierda, ganó las elecciones generales en España.
[100] Ese mismo mes, la revista Cruz y Raya publicó una antología de sonetos sevillanos preparada por Cernuda.
[102] En el acto tomaron parte Aleixandre, Alberti, Altolaguirre, Concha Méndez, Concha de Albornoz, María Teresa León, Rosa Chacel, Delia del Carril, Lorca, Guillén, Gerardo Diego, Neruda, Serrano Plaja, Salinas, Bergamín, Moreno Villa y Pérez Ferrero.
[101] En 1936 se había publicado en Berlín la antología en alemán Neue Spanische Dichtung compilada por Hans Gebser y Roy Hervin Winston.
[118] También conoció a la esposa de este, Elena Garro, la cual lo encuentra tomando el sol en la playa, como escribe en sus Memorias de España 1937: Tras el congreso en Valencia se publicó una antología llamada Poetas en la España leal, donde figuraban Cernuda, Antonio Machado, Alberti, Altolaguirre, Gil-Albert, Miguel Hernández, León Felipe, Moreno Villa, Prados, Serrano Plaja y Lorenzo Varela.
[125] Durante la guerra, Cernuda rechazó una propuesta para ocupar el lectorado de Español en Oslo por no abandonar España.
Fernández se quedó a vivir con escasos recursos en París y Cernuda continuó el viaje hasta Londres.
En estos comités se integraban intelectuales que pedían una mediación internacional para poner fin a la guerra civil española.
[135] Por esta época Cernuda escribió los poemas Tristeza del recuerdo, Canción de invierno, Lázaro y Cordura.
También daba conferencias periódicamente en Liverpool, invitado por Peers, donde conoció a una estudiante llamada Rica Brown, que publicó una nota sobre la poesía de Cernuda.
Antología de la poesía moderna en lengua española con textos seleccionados por Prados, Villaurrutia, Gil-Albert y Octavio Paz.
[159] Según él mismo declaró en 1958, fue en Mount Holyoke donde por primera vez en su vida le pagaban de forma decorosa y suficiente.
[169] En esta estancia, se enamoró del culturista Salvador Alighieri, lo que le inspiró su poemario Poemas para un cuerpo.
[172] Regresó a Estados Unidos, donde leyó textos de filosofía presocrática compilados por Hermann Alexander Diels que le influyeron mucho.
[176] Gracias a una ayuda económica del Colegio de México pudo escribir su obra Estudios sobre poesía española contemporánea entre 1953 y 1955.
[178] Muchos escritores mexicanos escribieron sobre Cernuda, como Octavio Paz, Salvador Elizondo, Juan García Ponce, José Luis Martínez Rodríguez y otros.
[190] En 1964 el mismo editor publicó un segundo volumen, titulado Poesía y literatura II, con más textos de Cernuda.
Para Cernuda, el respeto a la tradición literaria y la aportación de originalidad en su obra deben ir en perfecto equilibrio.