La familia Panero regentaba una próspera confitería en Astorga, y los Torbado tenían parentesco lejano con Carmen Polo.
Al poco tiempo, su madre, Máxima Torbado, conocedora de la amistad que Unamuno y su hijo habían labrado en Inglaterra, viajó a Salamanca para rogar al escritor que intercediera ante Franco y evitara la muerte de su hijo.
La madre así lo hizo y Leopoldo Panero fue puesto en libertad a los pocos días, el 18 de noviembre.
En cuanto fue liberado, se alistó en el ejército nacional y regresó a Astorga en noviembre.
En el año 1941 se casó con Felicidad Blanc, hija de un cirujano de origen francés director del Hospital Princesa, en Madrid,[3] socialite y escritora de cuentos y relatos, con la que tuvo tres hijos, Juan Luis (1942-2013), Leopoldo María (1948-2014) y José Moisés "Michi" (1951-2004), los dos primeros también poetas.
[5] Antes de concluir su colaboración como censor, fue nombrado director del Instituto Español (1945–1947) en Londres.
Pasa grandes temporadas en esta última ciudad, donde frecuenta la tertulia del Café Lyon y entabla amistad, entre otros, con Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco y Gerardo Diego, tertulia que se fundió más tarde con la de Manuel Machado.
Los autores que inspiran esta segunda fase son Miguel de Unamuno y Antonio Machado.
Destacan entre sus libros de poemas La estancia vacía (1944), Versos al Guadarrama (1945), Escrito a cada instante (1949), donde aparecen sus famosas elegías a César Vallejo (que estuvo en su casa invitado por él durante unos días) y a Federico García Lorca; Canto personal (1953), réplica al Canto General de Pablo Neruda escrita en tercetos al que puso prólogo Dionisio Ridruejo, que recibió el Premio 18 de Julio de manos del ministro Raimundo Fernández-Cuesta, y Cándida puerta (1960); en el póstumo Poesía (1963) se recoge toda su obra lírica, y sus Obras completas se imprimieron en 1973.