[1] Sin embargo, no gozó de predicamento en vida, y hubo que esperar hasta el siglo XX para que se reconociese su papel destacado y sus obras pasasen a convertirse en una pieza del repertorio clásico alemán.
Efectuó sus estudios en su propia localidad natal, para posteriormente entrar en el ejército prusiano en 1792, en pleno apogeo de las Guerras Revolucionarias Francesas.
Su único objetivo, tanto en su vida pública literaria como en la privada, era la búsqueda del Absoluto.
[5] Tras el suicidio, cobró relevancia su obra Pentesilea, una tragedia de tema grecolatino en la que asociaba el vértigo amoroso a la propia muerte.
Su caótica existencia, compuesta a medias por la pasión y por una extrema decepción (Tarde o temprano tendré que partir, ese es mi destino), es tan trágica como la mayor parte de sus propios textos literarios.