Su poesía se caracteriza porque busca lo narrativo, las imágenes esenciales, la objetividad poética, un idealismo épico, humano, pero siempre en pugna con su desencantada intuición de la muerte, convertida en la historia del hombre.
En 1951 gana el premio A la joven literatura de la editorial José Janés con Salvación del recuerdo, libro que se publica dos años más tarde en España.
Durante su estadía en España Cote dictó conferencias y cátedras en varias universidades e hizo lecturas de sus poemas.
Allí conoció también a los poetas nicaragüenses Carlos Martínez Rivas, Ernesto Mejía Sánchez y José Coronel Urtecho.
Durante ese año se incorporó a la vida política en la corriente de Gilberto Alzate Avendaño del partido conservador.