Gottfried Benn

Las breves novelas del ciclo constituyen el más lejano antecedente de sus obras de madurez, y en éstas es posible observar en acción sus postulados teóricos —de alguna manera anticipados en su poesía—, los cuales comenzaría a desarrollar en las décadas subsiguientes.Sin embargo, la estrecha visión de los guardianes del nuevo Estado lo llevó a verse cada vez más restringido en su actividad literaria y a recibir constantes ataques de los voceros del régimen.Al año siguiente aparecería su último libro bajo el régimen nazi, una recopilación de su obra en prosa que sería acremente censurada y atacada.[cita requerida] Mantuvo una larga relación amorosa con la actriz Tilly Newes, viuda del dramaturgo Frank Wedekind.Ambos libros profieren una severa crítica a la sociedad materialista y reflejan el cataclismo que se aproximaba; no obstante, más que tratarse de obras de corte profético —como se suele pensar al respecto[¿quién?]A la etapa expresionista (1912-1919) seguiría una poesía en la que el tema de la transitoriedad y la forma como elemento clave para vencerla serán predominantes.Y, aunque la poesía de este periodo (1927-1933) parece no reflejar la época ni los debates sociales del momento, puede explicar parcialmente las razones por las cuales el poeta decidiría apoyar al régimen nazi.Aislado de la escasa vida cultural durante la Segunda Guerra Mundial, Benn escribirá una serie de poemas en los cuales el tema del destino del artista y la creación se volvieron obsesivos.Formalmente, Statische Gedichte fue su primer libro de poemas, si se considera que, hasta ese entonces, solo había publicado pequeños opúsculos o recopilaciones, que le habían otorgado un indudable prestigio en los círculos culturales, pero no entre el grueso de los lectores.En sus años finales, Benn desarrolló una poesía en la cual la vejez y la situación del artista en la sociedad se harían cada vez más evidentes, a través de un lenguaje lleno de frases melódicas y memorables, combinado con poemas de un lenguaje abiertamente periodístico y coloquial, en los que un pesimismo cada vez más poderoso se hizo presente.Sus siguientes novelas, Roman des Phänotyp (Novela del fenotipo) y Der Ptolemäer (El tolemaico) aparecerán en 1949, si bien la primera fue escrita hacia 1943, denotan una abierta fragmentación de la estructura narrativa y de todas las convenciones literarias, generando un ejercicio de tipo lírico en el que el lenguaje parece cobrar autonomía y girar en torno a un centro, a partir del cual se desarrolla una escritura que mezcla la reflexión con la narración sin ser ni una ni otra.En 1933 aparecerá uno de sus libros más polémicos por su abierta tendencia pro nazi, Kunst und Macht (Arte y poder).En 1954 Benn publicará lo que ha sido considerado su testamento reflexivo, Altern als Problem für Künstler (La vejez como problema para el artista; para una versión en español de este ensayo, véase la traducción de José Manuel Recillas [3]), que se complementa con su último libro, Aprèslude.Este elemento eruptivo será uno de sus logros más destacados, y marcará toda su obra.En lengua española apenas se le conoce y las traducciones son escasas.La relación entre el pensamiento de Nietzsche y el de Benn ha sido extensamente estudiado por especialistas y académicos en Alemania, si bien es cierto que en lengua española ha recibido escasa atención, como ocurre con toda su obra, por lo demás.Al declarar Nietzsche la muerte de Dios, no fue el primero, por cierto, en hacerlo, ni el más original, pero sí, probablemente, quien haya llevado más lejos las consecuencias a las que esto podía conducir.Ésta ya no es el fruto de una inspiración debida a fuerzas o poderes sobrehumanos, a una omnipotencia incomprensible, sino el fruto de un proceso productivo consciente.El poeta produce, trabaja, y genera así obras de arte.En última instancia, se puede afirmar que "El problema del genio" no es sino un elogio de cepa dionisiaca pura, un ataque al mundo racional que recuerda la escena de Penteo negando a Dioniso en Las bacantes.Igual que Penteo, aquí también el científico, quien sólo reconoce la verdad científica mensurable y tangible, negando todo valor a lo irracional, es al final despedazado por la furia menádico-bacántica de quienes se entregan a ese oscuro mundo.Va más lejos incluso que los poetas materialistas seguidores del socialismo o comunismo que lo atacaran durante el nazismo, pues, lejos de cantar al pueblo odas totalmente inútiles y falsas que enajenan más que liberan, Benn proclama la absoluta independencia y validez de la obra de arte por encima de su creador, liberándola de toda carga ideológica, otorgándole un valor absoluto y entregándole al lector una responsabilidad que ningún otro poeta le había dado: la responsabilidad lectora en su más elevado sentido.Una primera edición completa en cuatro tomos editada por Dieter Wellershoff: Se conservan muchas cartas, la mayoría de las cuales han sido publicadas.Casi todos los datos que se reproducen a continuación, fueron tomados de José Manuel Recillas, Los senderos interiores, México, 2006.
Gottfried Benn.
Frente a la tumba de Arno Holz .