Adolf Portmann

En contraposición con la tradición de los biólogos neodarwinistas (genestistas) quienes conciben la vida sostenida en un dogma molecular, para Portmann es inútil buscar los fundamentos de la vida en "causas internas" pues para el zoólogo suizo, influenciado por Uexküll, la interioridad del organismo no es accesible directamente.Por el contrario, Portmann aborda la riqueza de significados que se reconocen en la superficie del organismo, por ejemplo, en su figura, su textura, sus colores y sus comportamientos.Portmann coloca como contra-ejemplo el caso de ciertos organismos acuáticos como las medusas y la rana cristal cuya piel es traslúcida en ciertas especies.Según Portmann los animales son "personajes" u objetos "vectoriales", pues apuntan desde su interioridad con "intención", revelando así funciones no utilitarias.De servir para algo, al animal las formas estéticas le sirven para revelar su interioridad, su mundo inaccesible, que esta vez se hace palpable en su piel, cubierta, caparazón, cuernos, plumas, hábitos, etc.Si el significado tiene un depositario obvio, este cobra sentido y existen dos opciones, que el mensaje sea "honesto" o "deshonesto".Sin embargo, al igual que León Croizat, observa diversos escenarios donde la selección natural es secundaria, donde prevalece lo estructural y estético.Portmann respira en la atmósfera que se construye desde principios del siglo XX, donde entre otros destaca Edmund Husserl, considerando ampliamente como el padre de la fenomenología.La libertad del organismo está garantizada dado lo azarosas (irracionales) que pueden llegar a ser las combinaciones de símbolos y por ende sus interpretaciones.Para Portman el órgano semántico cobra sentido desde una interpretación específica del Umwelt de ciertos patrones superficiales.Dichos patrones comienzan a distinguirse en el curso de procesos morfogenéticos durante la ontogénesis y filogénesis.[4]​[5]​[6]​La selección natural no es estrictamente necesaria en la metodología que se utiliza en esta aproximación científica.[7]​ La selección natural es una racionalización posible en el Umwelt humano que obedece a la lógica de la supervivencia, en cambio la ortogénesis reconoce que las cosas son percibidas por el organismo tal como son, en un marco interpretativo estructurado en convenciones plenas de significados, sean estos arbitrarios o no.Este hecho contrasta con las madurez y destrezas de otros mamíferos superiores al nacer (por ejemplo, elefantes, caballos, etc.).Según Portmann, esta capacidad especial de “apertura” es un requisito previo para el aprendizaje cultural y espiritual.