Richard Lindner

Trabajó como director artístico de la editorial Knorr & Hirth, y tras el ascenso nazi al poder (1933) se trasladó a París.

En 1941, eludiendo la Segunda Guerra Mundial, voló a Nueva York, y adquirió la nacionalidad estadounidense en 1948.

UU., Lindner siguió trabajando como ilustrador de libros y revistas: Vogue, Vanity Fair, Fortune.

En su arte, es recurrente la presencia femenina, singular por su tono amenazador, circunstancia que el artista consideraba accidental.

Sus mujeres son siempre rotundas, de volúmenes fragmentados bajo influencia del cubismo, y parecen robots.