La resistencia, liderada por José Gervasio Artigas, duró hasta principios del año 1820, en que sus fuerzas fueron definitivamente vencidas en la Batalla de Tacuarembó.Como resultado, la sitiada Montevideo no pudo ser capturada por los argentinos, mientras que su propia capital, Buenos Aires, era bloqueada por la escuadra brasileña estacionada en el Río de la Plata.[11] Durante casi un siglo, la Colonia fue varias veces capturada por fuerzas españolas y otras tantas, rápidamente devuelta a Portugal.El Tratado trajo serios conflictos en la región, ya que los guaraníes resistieron la ocupación portuguesa, dando lugar a la Guerra Guaranítica entre 1754 y 1756.[18] Cevallos continuó su marcha por Brasil ocupando Santa Tecla, Chuy, y San Pedro de Río Grande, la capital del estado portugués.La Provincia de Buenos Aires, la más cercana, rica y poderosa, se negó por completo a participar en cualquier campaña militar para liberar ese territorio.[37] Terminada la Guerra de la Independencia respecto a España, la opinión pública en Buenos Aires y en el Litoral exigía la recuperación del territorio ocupado, pero el gobernador Las Heras, y especialmente su ministro Manuel José García, tenían una posición más mesurada: afirmaban que una guerra había de ser preparada con cuidado.Presidida por Manuel Calleros, este primer Gobierno Provisorio nombró a Lavalleja Brigadier General y Comandante en Jefe del Ejército.[44] Ese mismo día, la población de Buenos Aires atacó la residencia del embajador brasileño, por lo que este abandonó la ciudad.[cita requerida] Las Provincias Unidas del Río de la Plata, en su sector actualmente argentino, poseían fronteras secas muy lábiles.[60] La situación geopolítica era absolutamente favorable para Brasil: se encontraba geográficamente mucho más cerca de sus mercados (Europa, América del Norte e incluso el África).Tal situación geopolítica también le permitía al Brasil interrumpir o dificultar enormemente el tránsito comercial entre las Provincias Unidas y los principales mercados de la época.Únicamente la nave más pequeña, la corbeta Chacabuco logró llegar al océano Atlántico, pero en tal estado que pasó meses reparándose en Carmen de Patagones.[80] Dos semanas más tarde, Brown atacó, aunque sin éxito, la plaza artillada de Colonia del Sacramento.Un grave error estratégico brasileño permitió a los argentinos recuperar la isla Martín García, que había sido ocupada por la flota bloqueadora.Además Brown continuó su camino hacia Montevideo, aunque no logró otras capturas; en su regreso, en cambio, se topó con la Fragata Nictheroy sobre el Banco Ortiz, encallando ambas e intercambiando disparos desde esa posición, con escasos daños en ambos buques.Durante los meses siguientes la escuadra argentina no logró lanzar ataques de mayor importancia, y el bloqueo aumentó sus daños a la economía porteña.El propio comandante Jacinto Roque de Sena Pereira se rindió, insistiéndolo en hacerlo a manos del capitán Francisco José Seguí.[107] Al llegar a Bagé una fuerte lluvia complicó la situación del Ejército Republicano, y el general Alvear ordenó detener la marcha durante varios días las operaciones.Aunque nadie lo contradijo en esa oportunidad, sus detractores afirmarían que no era lógico intentar atraer al enemigo mientras le dejaba el camino libre hacia la Banda Oriental.Se detuvo dos días en el arroyo Cacequí, donde ordenó aligerar los bagajes, e incluso destruir armamento y parque de artillería en perfecto estado.Lavalleja envió a su encuentro al coronel Oribe, con orden de arrestarlo, pero Rivera se trasladó hacia el norte.Ya el cónsul británico en Buenos Aires, Woodbine Parish, había hecho notar al Foreign Office que estaba por estallar una crisis por esa cuestión.Si ese pedido fuera rechazado, debía sugerir al Emperador la independencia de la Banda Oriental como un estado separado.El Emperador rechazó toda mediación, y ofreció una contrapropuesta: la Provincia Cisplatina sería reconocida como parte del Imperio por las Provincias Unidas, a cambio de que el puerto de Montevideo fuera puerto franco para los buques que llegaban o partían desde Buenos Aires.[142][143] Rivadavia se mostró favorable a la independencia oriental, pero exigió como condición excluyente que Gran Bretaña garantizara la continuidad de esa nueva situación.Pero la guerra causó una crisis económica en mucha mayor medida debido al exitoso bloqueo del Río de la Plata.Por su parte, Ponsonby lo consideraba su mejor aliado, y escribía al ministro de relaciones exteriores británico George Canning.[159] Otros autores, en cambio, afirman que mal puede atribuírsele a esta convenció ni a García responsabilidad con los términos del tratado final firmado por Juan Ramón Balcarce y Tomás Guido, cuando —al no haber sido ratificada por el Congreso— la Convención Preliminar no vinculó en forma alguna al Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata.El triunfo de la facción federal en Buenos Aires, que además estuvo acompañado de la victoria federal en varias provincias del interior que hasta entonces habían sido bastiones del partido unitario ―como Tucumán, Catamarca, San Juan y Mendoza― tuvo su correlato en la Provincia Oriental.
El Juramento de los Treinta y Tres Orientales
, óleo de Juan Manuel Blanes.
El diplomático británico
John Ponsonby
tuvo una actuación muy destacada en la resolución de la Guerra del Brasil.
El presidente argentino
Bernardino Rivadavia
apoyó inicialmente la guerra pero debió renunciar luego de rechazar la Convención Preliminar de Paz a la que denominó el "acuerdo deshonroso".
El plenipotenciario argentino
Manuel José García
firmó la Convención Preliminar de Paz de 1827, repudiada tanto por el gobierno como por la opinión pública argentina y conocida como «el tratado deshonroso».
José Feliciano Fernandes Pinheiro
(1774-1847),
Visconde de São Leopoldo
, fue uno de los tres firmantes de la Convención Preliminar de Paz de 1827 por el Imperio del Brasil.
Primera
bandera de Uruguay
, utilizada entre 1828 y 1830. Las nueve barras o franjas celestes representaban a los departamentos.
El Emperador Pedro I de Brasil quien debió abdicar a favor de su hijo
Pedro II de Brasil
, en parte como consecuencia de no haber triunfado en la guerra.