No obstante, debió evacuar ese territorio a fines de ese mismo año, como resultado de las negociaciones que condujeron al Tratado de Paz que suscribieron el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas, y que otorgó la independencia al Estado Oriental del Uruguay, país del cual el mismo Rivera sería el primer presidente.En el siglo XVII la Compañía de Jesús llegó a la zona, e instalaron las treinta misiones jesuíticas guaraníes.Los guaraníes se negaron a ser trasladados, pero fueron derrotados en la Guerra Guaranítica y forzados al exilio.No obstante, el Tratado de San Ildefonso, del año 1777, devolvió ese territorio a España.En respuesta, milicias indígenas comandadas por Andresito Guazurarí contraatacaron y lograron reocupar brevemente las Misiones Orientales.El Congreso incorporó a los diputados orientales, respondió la declaración de guerra, nombró presidente de las Provincias Unidas a Bernardino Rivadavia y finalmente sancionó una Constitución para la República Argentina, que adquiría oficialmente ese nombre.No obstante, esta sería rechazada por la mayor parte de las provincias argentinas por su carácter unitario.[12] Lavalleja poco quiso o pudo hacer, salvo algunas pequeñas operaciones ofensivas hacia Río Grande, que fracasaron por completo.Dorrego adoptó con entusiasmo el plan, que permitiría recuperar las Misiones, abrir un frente en la retaguardia del ejército imperial y fortalecer su posición en las negociaciones de paz.El 9 de diciembre, Rivera y Carriego informaban a Zapata tener luz verde para la operación.Pero mantuvo el proyecto y comisionó al mismo gobernador López para la liberación de las Misiones Orientales; el plan era ahora más ambicioso: atacar a los brasileños por la retaguardia, y de ser posible continuar su camino hasta Porto Alegre.De modo que decidió actuar por su cuenta: concentró a sus escasos seguidores — 83 hombres — en Gualeguaychú, en la costa entrerriana del río Uruguay.Rivera se dirigió a Durazno, sede del gobierno provincial, para reunirse con el gobernador delegado de la Provincia Oriental, Luis Eduardo Pérez.La marcha dispersa y en guerrilla de Rivera le hizo suponer erróneamente a Oribe que había sufrido una gran deserción.Reconociendo la situación real, Manuel Lavalleja y Oribe solicitaron caballadas al gobernador de Corrientes, Ferré.El regimiento 25, también de guaraníes misioneros, había sido trasladado meses antes al frente del Yaguarón.Secundaban a Alencastre los tenientes coroneles Manoel da Silva Pereira do Lago y Joao José Palmeiro.El puesto estaba guarnecido por tropas brasileras — 40 hombres al mando del oficial Mariano Pintos — que ocupaban una barranca en la margen norte y disponían de un bote.Ese día Bernabé Margariños informaba a Rivera que Alencastre huía hacia San Lorenzo.Rivera, quien había establecido su campamento en las márgenes del arroyo Itú, envió también una comisión de cinco hombres conduciendo sus partes al gobierno argentino, pero fueron interceptados por Oribe, quien — pese al contenido, que coincidía con las noticias recabadas en la región — los hizo fusilar, decisión que causó malestar entre sus propios hombres.López Chico se reunió con Bernabé Rivera y marchó al campamento para discutir los términos de un arreglo.[23] El breve gobierno de Rivera apenas logró organizar algunas fuerzas locales y prepararse precariamente para la defensa.Por otro lado, la diplomacia británica, en particular la misión del plenipotenciario John Ponsonby, presionaba activamente para que ambas partes admitieran una solución: la independencia de la Banda Oriental como estado separado.Si bien en algún momento Dorrego pensó en exigir también la soberanía sobre el territorio ocupado por Rivera, finalmente lo ofreció como moneda de canje para recuperar la Banda Oriental.Dorrego ofreció a Rivera una misión no contemplada hasta ese momento: considerando la audacia del jefe oriental, y para evitar un nuevo conflicto entre este y el gobernador Lavalleja, le propuso invadir el Paraguay, antigua provincia del Virreinato del Río de la Plata, que se mantenía como estado independiente, pero sin formalizar esa situación y sin reconocimiento por parte argentina.[29] Rivera inició negociaciones con el brasileño mariscal Barreto, que no confiaba lo suficiente en sus tropas como para iniciar una batalla.[31] La población no logró adaptarse al régimen militar y económico al que quedó sometida .Los jefes militares de origen guaraní se retiraron hacia Entre Ríos, o se diseminaron por el interior del Uruguay, llevándose parte de las familias.Por su parte, los charrúas volvieron a su tradicional modo de vida nómade, que fue considerado una amenaza por las autoridades uruguayas.Rivera regresó al Uruguay y su prestigio le valió ser nombrado Comandante de Campaña.La mayor parte de los guaraníes pasaron a Entre Ríos, dirigidos por el después coronel Gaspar Tacuabé.
El gobernador
Manuel Dorrego
, que promovió la reincorporación a la Argentina de las Misiones Orientales pero que por presiones conjuntas del Reino Unido y del Imperio del Brasil se vio obligado a la
paz con el Brasil
.