Estabilizado el frente en el Yaguarón el general Juan Antonio Lavalleja, a cargo del ejército republicano desde la retirada del general Carlos María de Alvear decidió poner en práctica una operación militar, la única que ideó desde el comando, para avanzar sobre Río Grande del Sur en una operación que combinaría un desembarco sobre la boca de la Lagoa dos Patos con un avance de caballería por la angosta franja de tierra que separa esa laguna del mar.
Por su parte, en el mes de marzo el gobierno argentino ordenó a Guillermo Brown disponer los medios necesarios para apoyar la iniciativa.
El plan establecía que Espora establecería contacto en Santa Teresa, entre punta Castillos y el Chuy, con el comandante de las milicias de Maldonado Leonardo Olivera con quien coordinaría las subsiguientes acciones.
El 10 se cañoneó con el Carioca pero consiguió evitar al grueso de la división bloqueadora y prosiguió su navegación perseguido durante 16 horas.
Un violento temporal destrozó al bote en las rompientes, y alejó a Espora de la costa.
Durante diez días permaneció cruzando entre Castillos y Santa Teresa.