Durante los meses siguientes, la provincia entró en un período de anarquía violenta, en que los dos Aráoz y Javier López se arrebataron mutuamente el gobierno.
Javier López dejó en claro que muchos caudillos unitarios tenían el objetivo de luchar por formar feudos.
En agosto de 1823, Bernabé Aráoz fue nuevamente expulsado del poder, y huyó a Salta.
El gobernador Arenales le dio asilo, pero después lo arrestó y lo entregó a López, que lo hizo fusilar.
En febrero, López había sido elegido gobernador[cita requerida] y estaba ahora firmemente asentado en el gobierno.
López regresó para enfrentarlo, pero fue derrotado en La Ciudadela por Lamadrid y tuvo que huir a Metán, en Salta.
Luego se incorporó al ejército de Paz en Córdoba, y peleó a sus órdenes en La Tablada.
En mayo de 1830 invadió Santiago del Estero, derrocando a su caudillo Juan Felipe Ibarra.
Intentaría varias veces recuperar Santiago, pero en agosto se retiró definitivamente hacia su propia provincia.
En mayo, Paz fue tomado prisionero, y el mando del ejército pasó a manos de Lamadrid.
En Tucumán, su sobrino Ángel López procuró varias insurrecciones contra Alejandro Heredia, y luego se refugió en Tupiza.
Esta contó con apoyo del gobernador salteño Pablo Latorre, y fue causa de una guerra civil entre federales.