En la misma, las fuerzas unitarias al mando del general cordobés José María Paz vencieron a las fuerzas federales al mando del general riojano Juan Facundo Quiroga.
Esta acción guerrera dio como resultado una victoria del general Paz, debiendo Quiroga huir hacia La Rioja.
Las negociaciones realizadas para lograr un entendimiento con los demás gobiernos provinciales no habían dado el resultado deseado.
El panorama era poco alentador, y era de anticiparse una nueva acción bélica próxima a llegar.
Una vez cruzado el Río Tercero, Quiroga encontró el problema de que no conocía bien la región, por lo que debió acudir a la ayuda de baqueanos del lugar, encomendándole a Ramón Ignacio Carranza la misión.
Finalmente, en una hábil maniobra, Paz salió al encuentro de Quiroga cuando este no los esperaba.
Luego de esto, se presentó la reserva la cual restableció el combate y lo ganó, arrollando a la izquierda federal, la cual emprendió su fuga.
Continuando con el relato, una vez cesada la persecución, Quiroga, trató de reunir sus tropas e hizo un alto en un bajío.
Juan Antonio Saráchaga cursaba una nota al teniente coronel Rafael Torres, disponiendo que pasara rápidamente al Ministerio de Guerra un estado detallado de la fuerza y el armamento.
Después de la batalla, Quiroga pierde Córdoba para siempre, Villafañe y su columna se retiran a La Rioja.
El gobernador federal porteño Rosas prepara un ejército para enfrentar a Paz.
Paz cae sorpresivamente prisionero en las cercanías del fortín de El Tío, y comienza a desmoronarse su sector.