Cuando un escuadrón realista se dispuso a pasarse al bando independentista, San Martín le envió instrucciones y garantías con una pequeña partida mandada por el teniente Pringles.Superado por el número de sus enemigos se arrojó al mar, dispuesto a morir antes que rendirse o perder los mensajes.Se unió a la campaña del general Paz hacia Córdoba, participando en las batallas de San Roque, La Tablada y Oncativo.Dirigió la defensa de la villa contra Quiroga, pero cuando este la tomó por asalto, Pringles logró huir hacia San Luis.Fue alcanzado por un oficial federal que no lo reconoció y le intimó rendición.Quiroga cubrió su cuerpo con su propio poncho, y la amonestación al oficial que lo había matado resultó un elogio póstumo de su enemigo: