Segunda guerra entre unitarios y federales en el interior
Poco después era disuelto el Congreso, y la provincia de Buenos Aires reconquistaba su autonomía provincial; su primer gobernador, electo en elecciones relativamente democráticas, fue Manuel Dorrego.El gobierno de Dorrego fue relativamente favorable a las clases bajas, y los aristócratas se sintieron atacados por esa política.De modo que Dorrego se vio obligado a firmar la paz en las condiciones exigidas por Ponsomby.Lavalle y sus aliados no parecieron percibir que se oponían a Dorrego por razones opuestas.Pocos días más tarde, instigado por sus aliados unitarios, Lavalle ordenaba el fusilamiento del gobernador Dorrego en Navarro.En la ciudad, el apoyo a Lavalle no era unánime, ya que muchos dirigentes –incluyendo a algunos unitarios– habían rechazado su revolución y el fusilamiento de Dorrego; muchos habían sido expulsados y otros arrestados por orden de Lavalle.No quiso continuar su marcha hacia el oeste, porque desde ese punto en adelante, internándose en las sierras, hubiera debido abandonar las carretas en que transportaba su artillería.El principal apoyo del nuevo gobernador eran las clases altas de la ciudad, mientras casi todos los comandantes militares se negaron a reconocer su autoridad.[10] El primero en cambio aportó 1000 salteños a la campaña al mando del capitán Domingo López .[12] En su avance, las tropas de Quiroga cometieron varios atropellos contra aquellos que se mostraban partidarios del nuevo gobernador.En lugar de avanzar en línea recta sobre Córdoba, Quiroga se desvió hacia el sur y envió refuerzos a San Luis.Con sus hombres exhaustos, Paz inició al día siguiente su regreso a Córdoba; pero al cruzar un desfiladero, fue sorpresivamente atacado por las tropas de Quiroga: el ejército deshecho se había reorganizado en menos de doce horas, y volvió a atacar.Poco después de su partida llegó Lamadrid, pero no se pudo mantener más que unos días en una ciudad abandonada y regresó a Córdoba.El retraso de la retaguardia, al mando del general Benito Villafañe, que había estado intentando conservar Catamarca, y la necesidad de incorporar las fuerzas cuyanas que mandaba Aldao le obligaron a dirigirse a San Luis.Desde Buenos Aires, el gobernador Rosas envió una embajada formada por Pedro Feliciano Cavia y Juan José Cernadas a intentar mediar entre los beligerantes.Se habían enfrentado unos ocho mil hombres más veinte piezas de artillería repartidos casi a la par.En cambio, aunque Lamadrid intentó capturar a Quiroga, este logró escapar en el carruaje de los mediadores porteños, con apenas cien hombres.Una vez cambiados los gobiernos enemigos por otros adictos, convocó a sus representantes,[25] con los que el 21 de agosto firmó un tratado general, la llamada Liga del Interior.El gobernador Juan León Solas había cambiado varias veces de bando, por lo que estaba muy desprestigiado.Su principal rival era el general Ricardo López Jordán (padre), que decidió regresar de su exilio uruguayo para derribarlo.Por detrás de él, el general Lavalle invadió también Entre Ríos, al frente de otro ejército en que figuraban jefes como Martiniano Chilavert, Niceto Vega, José María Vilela y José María Pirán; ese doble frente impidió cualquier defensa organizada, y López Jordán ocupó Paraná.Cuatro provincias habían quedado en manos de los federales: Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes.Esta batalla fue importantísima, la derrota de Castillo impidió que Paz recibiera los refuerzos mendocinos para su ejército (estimado en 5.000 hombres)[36] y estableció una provincia bajo control federal a sus espaldas.Hizo un breve viaje a San Juan, desde donde dirigió la recuperación de esa provincia por el coronel Martín Yanzón.La Liga del Interior había perdido cinco provincias en dos meses; el general Paz confiaba en restablecer la situación en una gran batalla, pero López se negaba a dársela.Paz movió su ejército hacia el límite con Santa Fe, y se puso al frente del mismo; decidido a forzar una batalla, que López evitaba con continuas acciones guerrilleras (Paz tenía 5.000 hombres mientras que López apenas 2.000 en esos momentos),[38] el 10 de mayo se adelantó a hacer un reconocimiento del terreno con sus ayudantes.Fue conducido al campamento del general López, que lo trató con toda consideración y lo llevó prisionero a la aduana de Santa Fe.La capital cordobesa fue ocupada por Pascual Echagüe – que pronto pasaría a Entre Ríos – y, por orden de Estanislao López, fue elegido gobernador comandante miliciano José Vicente Reinafé.Hubo una larga serie de combates en toda esa provincia, y finalmente el grueso del ejército federal invadió Tucumán.El mismo gobernador tucumano, Javier López, boicoteó al ejército de su antiguo enemigo y ahora jefe militar.