Pablo Latorre

Estudió en Buenos Aires y participó en la lucha contra las invasiones inglesas como oficial del Regimiento de Arribeños.

Esta victoria decidió al general Joaquín de la Pezuela a abandonar Salta.

Al año siguiente, el general Javier López invadió Tucumán desde Bolivia, pasando sin problemas por Salta; fue vencido y fusilado por Heredia.

Como el salteño se negó, Heredia avanzó hasta el límite con Salta y exigió la renuncia del gobernador Latorre.

Este pidió al gobernador porteño Manuel Vicente Maza que intercediera entre ellos, pero la respuesta tardaría demasiado.

Sin embargo, estos tres movimientos en su contra no habían sido coordinados de antemano Latorre habría debido renunciar y dejar a Fascio y Heredia repartirse los despojos, pero su amor propio se lo impidió.

Una columna dirigida por Alemán se ubicó sobre la frontera salteña, mientras el hermano de Heredia avanzaba por los Valles Calchaquíes hacia Salta y Fascio atacaba desde el norte.

Los salteños huyeron en desbandada, y Latorre fue llevado a la cárcel, mientras el gobierno era ocupado por el anciano coronel unitario Fernández Cornejo.

Pocos días más tarde, el mismo Santibáñez hizo asesinar a Latorre en la cárcel, acusándolo que querer evadirse.