Iniciado el movimiento independista en las colonias españolas de Sudamérica, fue hecho prisionero en Lima; una vez libre, retornó a Buenos Aires y permaneció recluido hasta 1815.
En dicho año inició su actividad política presidiendo la Comisión Civil de Justicia en Buenos Aires.
Durante los años siguientes se relacionó con Juan Manuel de Rosas, iniciando una estrecha vinculación personal y política que le costó su propia vida y la de su familia.
Este homicidio provocó consternación en la opinión pública, por lo que Maza presentó su renuncia el 7 de marzo.
Manuel Vicente Maza se dispuso a escribirle a Rosas para pedirle clemencia por su hijo, pero mientras escribía la misiva en la noche del 27 de junio, un grupo de hombres ingresó en su oficina y, armados con cuchillos, lo asesinaron.