A finales de 1832 el coronel Manuel Puch se alió a José Ignacio de Gorriti y juntos intentaron una revolución de carácter unitario en la provincia de Salta contra el gobernador Latorre siendo capturados al poco tiempo.
El 7 de noviembre ocuparon Pulares pero para ese momento el coronel Pablo Alemán había sido enviado a enfrentarlos llegando sorpresivamente al pueblo.
Los revolucionarios fueron sorprendidos y decidieron tomar una posición estratégica en la quebrada de Pulares.
Los rebeldes consiguieron resistir durante varias horas los asaltos salteños hasta que faltos de municiones y agotados empezaron a romper filas siendo perseguidos en un pánico absoluto.
[1] La batalla dio por muerta la revolución, sus principales líderes tuvieron que huir al exilio.