Nazario Benavídez
Ese carácter fue reconocido por sus enemigos y detractores: Sarmiento, quien pedía su muerte desde sus artículos en la prensa, decía de él:[1] Creció en la localidad denominada "Pueblo Viejo", actual Concepción, en la ciudad de San Juan en un entorno modesto, sin llegar a la pobreza.En esta ocasión, Facundo reclutó 50 arrieros que conocieran el norte, entre los cuales se encontraba Nazario Benavídez.Es leyenda en San Juan que, en momentos de hallarse Quiroga pasando revista a la tropa, lo notó nervioso y dijoLo mandó a llamar y lo increpó acusándolo de traidor, ante esta circunstancia, Benavídez confesó que sus nervios eran causados por el amor, y que la familia de su novia se negaba al matrimonio por ser él un hombre pobre.En su camino conferenció con Aldao y los gobernadores de Mendoza y San Luis, pero al llegar a Buenos Aires fue arrestado, aunque fue liberado al poco tiempo por orden del gobernador Rosas, que lo tomó bajo su protección.Dice su mensaje: Designó ministro de gobierno a Amán Rawson, quien había militado en el partido unitario con anterioridad.Como primera medida de gobierno, Benavídez resolvió federalizar la provincia reinsertándola en el esquema rosista.Su reemplazo causó rencillas con Mendoza y San Luis, que fueron zanjadas por Rosas aprobando la designación de José Manuel Quiroga Sarmiento, impulsada por Benavídez.Permitió el regreso de muchos unitarios exiliados en Chile, entre ellos Domingo Faustino Sarmiento, Anselmo Rojo y Antonino Aberastain.Benavídez marchó al frente de las tropas sanjuaninas, aunque se produjeron pocos enfrentamientos, destacándose sus movimientos tácticos constantes.Al año siguiente, Rosas logró finalizar el apoyo francés al partido unitario, rechazando a Lavalle en la Provincia de Buenos Aires y anulando la injerencia de la Comisión Argentina en Montevideo, comenzando a imponerse en la contienda.En marzo repitieron el episodio, poniendo en fuga a Juan Antonio Benavídez, hermano del gobernador.Banvavídez avanzó nuevamente hacia La Rioja, derrotando en Sañogasta a Brizuela; en la persecución que siguió, el gobernador riojano fue herido y tomado prisionero, muriendo pocas horas después.Este continuó su camino hacia Mendoza, donde fue atacado y derrotado por el ejército unido federal, mandado por Ángel Pacheco, en la batalla de Rodeo del Medio.Desde allí, las fuerzas del Chacho pasaron hacia el norte, ocupando sucesivamente La Rioja, Catamarca y Tucumán.Sólo después de que tropas riojanas lo enfrentaran dos veces más, el Chacho se vio finalmente obligado a refugiarse nuevamente en Chile.Desde San Juan participó en el derrocamiento del gobernador riojano Hipólito Tello, aparentemente con anuencia de Benavídez.En las relaciones con la Iglesia católica ejerció su derecho al patronato y tuvo trato cordial con el Obispo de Cuyo.Las tropas restituyentes riojanas estaban comandadas por un antiguo enemigo de Benavídez', el Chacho Peñaloza, quien ahora tenía por misión devolverle la gobernación.Ante el conflicto por las elecciones de constituyentes, Urquiza decidió intervenir y para ello solicitó al gobernador de Mendoza, general Pedro Pascual Segura, que interviniera como árbitro; este envió a San Juan a Baltazar Sánchez y Damián Hudson.En la elección para convencionales constituyentes de 1855, que debían dictar la constitución provincial, triunfó la lista encabezada por Benavídez.Aunque en abril –aún no reunida la convención– presentó la renuncia a su cargo, esta fue rechazada, por lo que terminó por ser el presidente de la Convención.El gobierno de la Confederación comisionó a Benavídez buscar una solución amistosa y ordenó al Chacho Peñaloza que lo apoyara.La corta gobernación de Benavídez impidió su comisión en La Rioja, lo que llamó la atención del gobierno nacional.La prensa porteña, especialmente La Tribuna y El Nacional –redactado por Sarmiento– requerían explícitamente la eliminación del tirano.Debían llegar a los Altos del Cabildo, que servía de prisión, y cuando sólo los separaba una pesada puerta –que ya estaban hachando– el coronel Domingo Rodríguez disparó a quemarropa al pecho de Benavídez, quien se hallaba engrillado, y luego le clavó la bayoneta en el corazón.El cadáver fue entregado a la familia la tarde del día 24 y fue sepultado sin ceremonia ni escolta.La muerte de Benavídez y la intervención federal a San Juan tensaron la situación con Buenos Aires, cortando todos los diálogos para que se reincorporara a la Confederación Argentina, y precipitando el enfrentamiento bélico que se daría en la Batalla de Cepeda (1859).En la provincia de San Juan se polarizaron las opiniones políticas, dividiendo los ánimos entre liberales y federales.