Los coroneles Hilario Lagos, Ramón Bustos, José María Flores y Jerónimo Costa atacaron la capital, siendo rechazados.
Aunque la pequeña flota de Urquiza logró bloquear la ciudad, su comandante John Halstead Coe fue sobornado para entregar la escuadra a los porteños.
Desde allí organizó una revolución contra el gobernador unitario Manuel Espinosa, que fue derrocado en enero de 1853.
Derrotada la opción militar formal, Taboada apoyó y organizó varias partidas de bandoleros para que hostigaran permanentemente a Gutiérrez.
Pero a sus espaldas, Taboada había ocupado San Miguel de Tucumán, nombrando gobernador al cura Del Campo.
Desde entonces, Manuel Taboada dirigió en el noroeste argentino una alianza de gobiernos "liberales" en Tucumán, Salta y Santiago, sin dejar que ninguno se destacara como para hacerles sombra.
[11] En Corrientes, el gobernador Pujol debió enfrentar diversas rebeliones en su contra: en febrero de 1853, una revolución dirigida por José Antonio Virasoro, que fracasó cuando estaba por darse una batalla decisiva.
Pero Manuel Hornos le salió al encuentro y lo derrotó en la batalla de El Tala, obligándolo a retirarse.
El gobernador Pastor Obligado dictó la pena de muerte para todos los oficiales implicados en esa invasión – declarándolos bandidos, para no tener que respetarlos como a enemigos – y ordenó su fusilamiento sin juicio.
Una pequeña división riojana, enviada por el Chacho Peñaloza, ocupó algunas poblaciones del este de San Juan, para presionar a Gómez Rufino.
En febrero del año siguiente, el gobernador mendocino Juan Cornelio Moyano, unitario, fue depuesto por la legislatura.
El 6 de enero del año siguiente desembarcó en Montevideo César Díaz; intentó copar la capital, pero fue obligado a retirarse al interior.
El gobierno porteño, olvidando la matanza de Villamayor, consideró que los Blancos – y por simpatía los federales – merecían ser castigados por sus crímenes.
Estos hechos tendrían mucha importancia en las siguientes guerras civiles en la Argentina, pero aún más en el Uruguay.
[16] Dos días más tarde, embarcados en los buques de su armada, los porteños iniciaron la retirada hacia Buenos Aires.
Los indios aliados de Urquiza presionaron sobre las fronteras, y efímeramente lograron controlar algunos pueblos importantes, pero en definitiva fueron derrotados.
Ambas fuerzas chocaron en Pavón, provincia de Santa Fe, donde Urquiza dispuso sus tropas en una posición defensiva, con la caballería en las alas.
Derqui renunció al gobierno y se exilió en Montevideo, de modo que la presidencia fue asumida por el vicepresidente Pedernera.
En Corrientes, la noticia de Pavón alentó al partido liberal, que estaba en la oposición, a levantarse contra el gobierno del federal José María Rolón.
El gobernador envió contra los sublevados un pequeño ejército, al mando del coronel Cayetano Virasoro, que fue derrotado en Goya, en un combate sin mayor importancia.
Las fuerzas federales enviadas para reponer a este, mandadas por Francisco Clavero, fueron derrotadas por el comandante Manuel José Olascoaga.
En marzo, Paunero organizó elecciones, con la intención de hacerse elegir gobernador titular; pero los liberales autonomistas lo vencieron, eligiendo en su lugar a Justiniano Posse.
Pero los Taboada reunieron a los milicianos leales y derrotaron fácilmente la pequeña fuerza que les pudo oponer Alcorta en el combate de Maco.
Pero el cura Del Campo lo derrocó, colocando en su lugar a Benjamín Villafañe, un unitario de larga data.
Los federales de Catamarca llamaron en su auxilio al comandante del ejército riojano, el "Chacho", general Ángel Vicente Peñaloza.
[23] Peñaloza regresó a La Rioja, donde el gobernador Domingo Antonio Villafañe, hechura suya, decidió hacer las paces con los porteños.
[26] Unos días más tarde, el Chacho logró vencer al coronel Ortiz en Casas Viejas, lo que le dio unas semanas de respiro.
Terminada la firma de los tratados, el Chacho entregó los prisioneros que tenía en su poder; sus enemigos no pudieron hacer lo mismo, porque los habían ejecutado a todos.
[27] El Chacho se quejó varias veces al presidente Mitre y a Sarmiento, pero no obtuvo respuesta.
En mayo, las fuerzas del Chacho fueron destrozadas en Lomas Blancas por Sandes; este fusiló a los oficiales prisioneros, incluyendo al exgobernador "Berna" Carrizo.