No tuvo prácticamente ninguna educación, y se dedicó a las tareas rurales.
Cuando los Madariaga invadieron Corrientes, se unió a los revolucionarios, y fue quien depuso al gobernador Pedro Cabral.
Al parecer, tomó severas represalias contra los enemigos de su familia, aunque los historiadores más imparciales recuerdan que todos los federales fueron acusados de crueles por sus enemigos, lo que dificulta discriminar quiénes lo fueron realmente.
Sus relaciones con los unitarios sanjuaninos fueron pésimas, pero tampoco tuvo el apoyo popular en su propio partido, el federal.
Los federales sanjuaninos pidieron al presidente Urquiza, y luego a su sucesor Santiago Derqui ayuda contra el “forastero”.
El mismo día, sin embargo, una banda armada, aparentemente enviada en su contra por el dirigente liberal Antonino Aberastain desde la vecina ciudad de Mendoza, lo atacó en su casa.