Después de Caseros apoyó el regreso del general Pedro Pascual Segura al gobierno y fue varias veces diputado provincial, ya con el grado de coronel.
Tras los miles de muertos, algunos sobrevivientes desesperados saquearon lo que quedaba.
Regresó rápidamente a la ciudad y asumió su función de gobernador, tomando enérgicas medidas para reprimir el pillaje.
[2] Pero la ciudad estaba completamente destruida, y reconstruirla hubiese resultado más complicado que trasladarla.
Regresó de Chile en 1866, cuando ya había perdido toda su fortuna en manos del gobierno nacional.
Regresó después del fracaso de los últimos federales, y tuvo que vivir sus últimos años sostenido económicamente por su suegro, Francisco de la Reta.