En 1833 hizo la Campaña al Desierto a órdenes del general José Ruiz Huidobro y peleó en el combate de las Acollaradas.
Esto lo opuso al gobernador Juan Saá, quien había estado refugiado muchos años en las tolderías.
De regreso en su provincia, se enemistó con el gobernador Saá, se rebeló contra él y obstaculizó su marcha hacia San Juan, donde éste iba a deponer al gobierno unitario que se había formado tras los asesinatos de los gobernadores Nazario Benavídez y José Antonio Virasoro, por orden del presidente Santiago Derqui.
Vencido, tuvo que huir a ponerse bajo la protección del gobierno unitario de Córdoba.
Después de que sus compañeros obtuvieron la victoria, castigó con extrema severidad a sus propios hombres, por su supuesta cobardía.
Tras pasar muchos meses en Buenos Aires, convaleciente de una enfermedad, regresó a Villa Mercedes, donde integró el Concejo Municipal y permaneció hasta su fallecimiento, ocurrido en 1882.