[2][3] Se incorporó muy joven al Ejército de los Andes, junto con su hermano mayor, el teniente Pedro Pascacio Albarracín, aunque no participó en la campaña a Chile.
Regresó a Buenos Aires en 1828, y combatió contra los indígenas en la Laguna de los Huesos.
En esta última batalla ya era coronel y mandaba el Regimiento de Coraceros que había formado Paz.
Pasó largo tiempo exiliado en Chile y Buenos Aires, hasta que pudo volver a su provincia, cuando Benavídez fue desplazado del poder.
Apoyó la revolución contra José Antonio Virasoro, y el gobernador Antonino Aberastain lo nombró comandante del ejército provincial.
Recuperó la libertad y el mando del ejército provincial en enero de 1862, cuando la provincia fue invadida por tropas porteñas, comandadas por Domingo Faustino Sarmiento (su doble primo segundo[6]), que fue elegido gobernador.