La principal preocupación de Roca en política exterior era poner límites fronterizos con Chile, que nunca se habían determinado con precisión.
[5][6][7][8] Por otro lado, sus detractores ponen énfasis en el trato brutal recibido por los pueblos originarios durante la «Conquista del Desierto» (con algunos llegando a calificarlo como genocidio),[9] así como el carácter antidemocrático, fraudulento y oligárquico del modelo político y económico implementado durante su período de gobierno.
Julio Argentino fue becado a pedido del presidente Urquiza y se incorporó además al curso de instrucción militar.
Ante el avance de la frontera por parte de "los blancos o huincas", los indígenas reaccionaron lanzando malones sobre las poblaciones hispano-argentinas y las estancias, apropiándose del ganado salvaje, principalmente para venderlo en Chile— y también para tomar cautivas mujeres, quienes eran trasladadas a los asentamientos indígenas.
[23][24] Con esta campaña ocupó los territorios utilizados para mantener alimentados a sus caballos y engordar los animales arreados por los malones.
Las tribus que sobrevivieron fueron desplazadas a las zonas más periféricas y estériles de la Patagonia.
Al momento de asumir Roca tenía 37 años, lo que lo hizo el segundo presidente más joven de la historia argentina, precedido solo por Avellaneda, su antecesor, que tenía sólo unos meses menos al asumir su gobierno.
[65] La continuidad de la bonanza económica y del crecimiento de la producción agrícola —impulsada por esa misma bonanza— le permitió a Roca completar su mandato manteniendo su "audaz" política de déficit fiscal,[65] inversiones y endeudamiento, sin mayores sobresaltos,[66] pero los desequilibrios se manifestarían tan solo dos años después, cuando Argentina entró en default y la crisis económica creó un descontento social de enorme magnitud, que desembocó en la Revolución del Parque, conducida por una alianza liderada por Leandro Alem y Bartolomé Mitre, que causó la caída del presidente Juárez Celman.
[80] En los nuevos territorios hubo continuos conflictos de propiedad entre propietarios que habían comprado sus títulos en Buenos Aires y pobladores establecidos en el lugar.
[81] La única excepción la constituía la colonia galesa del Chubut, organizada social y culturalmente al margen de la sociedad argentina en 1865, pero cuidadosamente controlada por las autoridades.
[83] La principal preocupación en política exterior del gobierno de Roca fue fijar los límites con Chile, que nunca habían sido determinados con suficiente precisión.
[84] Si bien el tratado resultó un evidente avance, quedaban varios temas sin resolver, especialmente determinar los límites en las extensas áreas en que las “cumbres más elevadas” no coincidían con la divisoria de aguas.
Respecto a ésta, se firmaron acuerdos con varios países para asegurar la continuidad del flujo inmigratorio hacia la Argentina.
Pese a que ese mecanismo había sido fomentado por Gran Bretaña en distintos conflictos entre naciones sudamericanas, el intento fue rechazado de modo rotundo.
[98] Por su parte, los miembros de la otra facción fundaron la Unión Cívica Radical, dirigida por Leandro N.
[102] El sucesor de Luis Sáenz Peña fue José Evaristo Uriburu, un político capaz pero sin ambiciones personales; bajo su gobierno, Roca se presentó como el único candidato capaz de reunir los apoyos necesarios —tanto a nivel del gobierno nacional como en las provincias— para sostener una candidatura presidencial exitosa.
Sobre la base de acuerdos entre cúpulas y elecciones fraudulentas, Roca volvió a ser elegido presidente en 1898.
[107] De modo que el presidente quiso aprovechar la ocasión para reorganizar la situación financiera y unificar las deudas externas.
Fue la manifestación opositora más grande que se hubiera visto hasta entonces en el país, y concluyó con incidentes de violencia.
[115] En 1901, por iniciativa presidencial, el gobierno reinició las relaciones diplomáticas con la Santa Sede; en los años siguientes hizo varios gestos de acercamiento con la jerarquía católica.
La política represiva del gobierno de Roca, adoptó un fuerte tono racista, clasista y anti-inmigración, que fue encarnada principalmente por el ministro Miguel Cané.
El proyecto de Ley Nacional del Trabajo, había sido elaborado bajo la gestión del ministro Joaquín V. González, en base al Informe sobre el estado de las clases obreras argentinas encomendado a Juan Bialet Massé.
[134] Su segundo ministro de guerra, Pablo Riccheri, estableció el servicio militar obligatorio por la Ley 4031.
[137] En respuesta al desaire en el tema de la deuda pública, Pellegrini rompió con Roca y comenzó a formar el Partido Autonomista, en que comenzaron a militar varios dirigentes que habían sido seguidores de Juárez Celman y los miembros de un efímero Partido Demócrata, y al que se unió también Roque Sáenz Peña.
[143] Por su parte, Quintana fue elegido por aplastante mayoría, en unas elecciones en que el número de votos solo aumentó significativamente en Buenos Aires y la Capital.
[145] En 1887, durante la presidencia de su concuñado, el Congreso Nacional, siempre controlado por su partido, lo premió otorgándole otras 15.000 hectáreas.
[145] La corrupción roquista llegó a tal nivel de escándalo, que el expresidente Domingo Faustino Sarmiento inventó el verbo "atalivar" para referirse a la corrupción, verbo que ingresó al habla cotidiana hasta al menos mediados del siglo XX.
Durante la presidencia de José Figueroa Alcorta se dedicaron a obstruir todas sus iniciativas en el Congreso.
Desde 1904 se produjo el paulatino alejamiento del expresidente a los cargos, pero no de la política: Roca siguió gravitando en la escena pública.
Desde esa posición Roca ha sido homenajeado designando con su nombre a numerosas ciudades, departamentos, lagos, calles, avenidas, plazas, monumentos —el más emblemático es el que se encuentra en Buenos Aires—, parques, escuelas y líneas ferroviarias de todo el país.