Fue docente en un colegio secundario, y en 1823 fue convocado a realizar su aporte técnico para la fundación de Bahía Blanca aunque el proyecto quedó en suspenso.
Se reincorporó a las armas en 1826 para luchar en la guerra contra el Imperio del Brasil, alcanzando el grado de Sargento Mayor en la artillería.
Caído Lavalle, lo siguió al destierro en el Uruguay y en sus campañas en Entre Ríos.
Pero Lavalle tuvo muchas discusiones con Chilavert, y terminó acusándolo de indisciplina.
Como se le terminaron las balas, mandó recoger los proyectiles del enemigo que estaban desparramados alrededor suyo y disparó con estos.
Habiendo tenido ocasión de escapar, permaneció sin embargo fumando tranquilamente al pie del cañón hasta que lo llevaron frente a Urquiza.
Sus restos se encuentran en una bóveda del Cementerio porteño de la Recoleta.