Tierra de Campos

Durante dos siglos, los reyes visigodos utilizaron a está población germánica en su situación geográfica para contener las acometidas desde las montañas del norte de los semirromanizados astures, cántabros y, sobre todo, vascones.

La primera alusión como «Campos Góticos» a esta comarca campesina aparece por primera vez en la Crónica Albeldense, en la cita «Campos quos dicunt Goticos usque adflumen Dorium eremauit, et xpistianorum regnum extendit».

[3]​ Aún sin constancia documental alguna, se suele afirmar que esta denominación proviene de la etapa visigoda.

Otros rechazan este calificativo y prefieren usar el de comarca, reservando aquel para la meseta castellana, unidad territorial mucho más amplia que engloba al espacio terracampino, junto a otros.

Por lo que Tierra de Campos ya no suele ser calificada como región natural, sino que resulta criterio bastante común utilizar el apelativo de comarca para aludir a ella.

Lo documenta el Obispo de Chaves Hidacio Lemico en su libro "Hydatii Lemici continuatio Chronicorum Hiero nymianorum" en su página 30.

siglo XIII), y también consta en la Crónica latina de los reyes de Castilla[8]​ que, según su editora, Cabanes Pecourt, fue redactada en los años 1224-26, y es anterior, por tanto, a la Primera Crónica General.

La voz campo, del latín campus, significa, según el diccionario de la Real Academia «terreno extenso fuera de poblado/tierra laborable/en contraposición a sierra o monte, campiña»; por su parte, campiña equivale a «espacio grande de tierra labrantía»; mientras que, finalmente, define tierra como «territorio o distrito constituido por intereses presentes o históricos».

Así pues, el topónimo Tierra de Campos vendría a reconocer el aspecto que primero se percibe de esta comarca, la llanura; elemento que le confiere una personalidad propia, al tiempo que a sus habitantes conciencia de pertenencia a tal espacio.

En ocasiones, motivos de índole histórica, política o administrativa ayudan a aumentar dicha confusión.

Es de topografía ondulada, interrumpida a veces por cerros bajos, coronados algunos por castillos.

Al respecto es oportuno añadir lo que dice el siciliano Lucio Marineo Sículo en su De Rebus Hispania: «ni Zamora fue Numancia, ni Toro corresponden al Campus gothorum».

La línea divisoria que asciende todavía unos kilómetros por los términos de Villaherreros, Fuente-Andrino y Osorno constituye el límite septentrional de la comarca, tanto para el mencionado González Garrido como para Antonio Ponz.

Osorno marca el inicio de la frontera oriental, que baja hasta Osornillo, a orillas del Pisuerga.

Al lado opuesto, las tierras de Castrojeriz inician otra planicie más alta y fría.

Hacia oriente se extiende la alineación ininterrumpida de cuestas margosas que coronan los páramos del Cerrato, comarca más accidentada y caliza.

Cerca de Palencia se divisan, disecados por la erosión sobre el llano, dos cónicos cerros testigo.

Los contornos de la región en esta zona se muestran desdibujados y algo imprecisos, si bien los pueblos mencionados anteriormente se incluyen desde tiempos antiquísimos en la comarca por motivos de identificación con los caracteres regionales.

En la parte oriental del río, se sitúan las tierras secas y áridas de Campos.

Lo que diferencia a esta comarca y le da nombre es la composición de sus suelos, en su inmensa mayoría arcillosos.

En los últimos años se ha constatado una recuperación del lobo ibérico que también pasea por esta comarca.

Destacan Valderas, conjunto histórico-artístico, bien de interés cultural, con castillos, palacios, tres iglesias, una antigua judería y privilegios reales, y Grajal de Campos, conjunto histórico-artístico, con castillo, palacio e iglesias.

Sus primeros habitantes históricos fueron los vacceos, gentes que practicaban una agricultura de tipo colectivista y ganadería trashumante.

Aquello que no había sucumbido completamente durante la conquista musulmana era devastado y arruinado con las razias de los cristianos, siendo especialmente notables las campañas de Alfonso I, quien se llevó consigo a los mozárabes para repoblar el territorio asturiano.

Durante dicha época, la Tierra de Campos formaba un amplio desierto estratégico.

Ello, junto a la consiguiente dificultad de encontrar empleo en la comarca, produjo una fuerte emigración de la población joven hacia ciudades como Valladolid y hacia otras zonas industriales, principalmente País Vasco, Madrid y Barcelona, lo que hizo disminuir en número su población.

Los municipios de esta comarca tienen por lo general entre 100 y 500 habitantes, cuyo gentilicio es terracampino o campesino.

El ganado ovino, principalmente de leche, siendo la raza churra un referente en esta comarca, aunque su baja productividad, con relación a otras razas más selectas, la están haciendo desaparecer.

Pero, sobre todo, son usadas para la elaboración del vino familiar, que muchas veces se vendía a cooperativas de la zona.

Aunque hay numerosas obras y escritos sobre Campos se pueden destacar los siguientes:

Paisaje de la Tierra de Campos desde las murallas de Urueña
Palomar en ruinas en Palazuelo de Vedija
Palomar en ruinas en Palazuelo de Vedija
Soportales tradicionales en una calle de Becerril de Campos
Soportales tradicionales de una calle de Medina de Rioseco
Panorámica de Palencia
Extensión de la Tierra de Campos en la provincia de Palencia
Parte de la Tierra de Campos, en morado, en la provincia de Valladolid
Municipios de la comarca de Tierra de Campos en la provincia de Zamora
Comarca de la Tierra de Campos en la provincia de León
Territorio de los Vacceos en España
El Canal de Castilla en la población vallisoletana de Medina de Rioseco