Las leyendas locales recurren con insistencia a una antiquísima época en la que tuvo lugar una cruel batalla, posiblemente ligada con la creación del propio municipio, desarrollada en uno de los pagos del municipio (Valdeán).
El relieve es asombrosamente plano asentándose la localidad en plena llanura castellana a unos 830msnm.
La única cota que rebasa esa altura (alcanzando casi los 870msnm) es el Monte Carrión, un pequeño bosque de encinas y robles que conforma el límite occidental del municipio.
Destaca el cultivo de girasol, trigo, maíz y chopo.
Aunque no muy abundantes, destacan las extensiones arboladas del mencionado encinar-robledal del Monte Carrión, el robledal en la zona de Las Matas y las extensas alamedas que flanquean las orillas de ríos y arroyos.
Así pues, los molinos se instalaron como batanes para manufacturar la lana.
Sin embargo, el asentamiento al que se refieren estos documentos estaría situada sobre la misma calzada romana, unos kilómetros al norte en dirección hacia Villotilla.
En el término del pueblo hay alguna que otra fuente sumamente escasas de aguas, por cuya razón sus vecinos se abastecen de las del citado Cuérnago.
Como a 50 varas del lugar pasa el Cuérnago enunciado, al cual se une otro titulado río Isan, cuyas aguas saladas del Carrión, sirven para el riego de las heredades.
Caminos: estos son de pueblo a pueblo y se hallan en regular estado, excepto el de Carrión que todo se inunda en tiempos lluviosos.
En cuanto al envejecimiento de la población es manifiesto, pero también menos acusado que en otras localidades, lo que le permite mantener aún hoy la escuela primaria municipal.
La comunidad judía fue muy pujante en toda la zona (recuérdese que la localidad de Frómista recibe popularmente su población el apodo de "judíos").El retablo, renacentista contiene en la calle central una imagen de Santiago Ápostol a caballo, malinterpretada como del siglo XVI —siendo obvia su readecuación al altar que hoy ocupa, en este caso del siglo XVI—.
Tal vez la pieza más valiosa del conjunto es el Retablo de los Santos mártires, obra del siglo XVI que actualmente se halla en el museo diocesano provincial, retirado a mediados de los años sesenta por el Obispado sin aprobación del municipio, que fue informado de su retirada para "restauración y exposición" (existe desde hace más de dos décadas un interés creciente por el retorno de dicha obra a su emplazamiento originario —recuérdese que las obras se costeaban con cargo al erario municipal y aportaciones privadas, rara vez se costeaban desde instancias superiores; menos aún en este caso—).