Posteriormente, el merino se extendió a muchas partes del mundo, incluidas Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y Argentina (en 1794).
[2] El nombre «merino» no fue documentado en España hasta principios del siglo XV y su origen es discutido.
Los meriníes, como tribu nómada bereber zenata, mantenían numerosos rebaños de ovejas en lo que ahora es Marruecos y sus líderes, que formaron el sultanato meriní intervinieron militarmente en el sur de España, apoyando al Emirato de Granada varias veces entre finales del siglo XIII y principios del XIV.
En la actualidad la mayor parte de las cabezas se concentran en Estados Unidos, Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda y, sobre todo, Australia.
Esta es de mejor calidad en los animales que se crían en ambientes soleados y ligeramente arenosos.
El color del manto es blanquecino, sin manchas, y sólo en casos muy raros los machos presentan unos cuernos en espiral.