Y, así, durante gran parte del medievo fue una villa realenga, perteneciente al patrimonio real, donde éste contaba con diferentes propiedades (palacio, bodega, monte, etc.), siendo cedida su tenencia ocasionalmente a algunos de los linajes aristocráticos más importantes, en especial, los Castro.
Pese a ello se trata todavía del séptimo municipio más poblado de la provincia palentina.
Ambos puentes tuvieron que mantenerse operativos durante toda la centuria ilustrada, hasta que a principios del siglo XIX la antigua madre del río quedó completamente seca tal como describe Sebastián de Miñano y Bedoya Diccionario geográfico Estadístico en 1826 o como se puede observar en el mapa de Francisco Coello de 1852, señalando la ubicación del antiguo puente, ya desaparecido en esa fecha.
Sin embargo, no llegó a ejecutarse, y no será hasta que quedé completamente seca la antigua madre del río Pisuerga y se construya el canal de Castilla cuando se construya la nueva calzada por el trazado que mantiene todavía hoy en día.
Dueñas se configuró también como una de las catorce villas reales -bajo la autoridad directa del rey- que existieron en la región formada por los Montes Torozos.
Con el advenimiento de los Trastámara en el siglo XIV, durante la guerra civil castellana, la villa de Dueñas se mantuvo fiel al rey legítimo Pedro I (1350-1369), por lo que se verá asediada durante un mes por las tropas del infante don Enrique en 1367.
Pese a ello, tras un mes de asedio sin recibir socorro, el adelantado finalmente entregó la plaza al Trastámara.
Aunque este tribunal pronunció una primera sentencia en 1543, fue apelada por ambas partes y no se sustanciará hasta el siglo XVIII (1786), confirmando la sentencia de 1543, por lo que volvió a ser apelada en la sala de las mil y quinientas doblas.
Podemos concluir, por tanto, que durante la etapa medieval, como villa realenga, hasta su definitiva señorialización en el siglo XV, Dueñas se había convertido en una importante villa que ocupaba un lugar destacado en la red político-administrativa, eclesiástica y civil en el seno del reino de Castilla.
La nueva dinastía borbónica, por lo general, se mantuvo alejada de la Meseta norte, que fue perdiendo paulatinamente su tradicional preeminencia.
En esta ocasión, durante tres días, tuvo lugar en Dueñas el besamanos por parte de las autoridades palentinas, quienes habían mandado a sus representantes.
Al año siguiente, en 1812, con la llegada del duque de Wellington al frente de las tropas aliadas anglo-hispano-portuguesas y el fracaso del asedio a Burgos, las fuerzas napoleónicas reagrupadas pudieron contraatacar y obligarle a retroceder hasta las posiciones fronterizas portuguesas.
En este mismo sentido, en 1917 fundó la Confederación Nacional Católico-Agraria (CNCA) pero rápidamente fue apartado de la dirección, falleciendo en 1940.
Fueron los propios gobernadores los que, en el uso de sus atribuciones, sustituyeron a las corporaciones existentes y nombraron las comisiones gestoras afines al nuevo gobierno.
En Dueñas la nueva comisión gestora estuvo formada por 11 miembros bajo la presidencia de Heliodoro Herrá Pozanco del Partido Socialista.
No obstante, la principal actividad económica de la localidad sigue siendo el sector primario (agricultura y ganadería).
Sin embargo, al haber caído en desuso durante la II República y el Franquismo, sustituido por los correspondientes a estos regímenes políticos, es retomado definitivamente en 1951.
Dueñas no fue ajena a todo este proceso y a principios del siglo XX se convirtió en un importante bastión de votos del Partido Conservador que, en Palencia, estaba liderado por Abilio Calderón, quien salió elegido ininterrumpidamente entre 1898 y 1923.
Debido al peso demográfico de la localidad en el contexto de la provincia, Calderón y otros representantes políticos realizaban frecuentemente actos electorales, a quien se dedicó en 1914 una calle, todavía en vida del propio Calderón, que hoy sigue con esa designación en el callejero local.
Su hijo, el rey García (+914), gran bienhechor del monasterio como lo fue su padre, fue quien entregó al lugar las insignes reliquias de san Isidoro mártir.
Existían, también, portillos para permitir el acceso a la muralla, tal y como vemos en la que subsiste.
Es factible que este primitivo convento a extramuros fuera destruido por el adelantado mayor de Castilla Rodrigo Rodríguez de Torquemada para evitar que fuera utilizado como base por las tropas enriqueñas durante el asedio a la villa.
La fachada de la iglesia traduce la organización estructural del interior, una sola nave con capillas laterales entre contrafuertes.
La pérdida del rico archivo documental con el que debió contar este convento nos impide saber si se llegaron a cumplir todas estas disposiciones.
Sin embargo, las deudas del hospital obligaron al Estado a cerrarlo y vender sus bienes en 1901, mientras que el colegio siguió funcionando hasta su cierre en 2006.
En la plaza Doctor Sinova (antes de Trasiglesia) se ubica otra casona nobiliaria conocida como Casa de Napoleón porque en ella se alojó el rey intruso José I; es un edificio del siglo XVI en su planta baja y del XVIII en la planta noble.
Se diferencian en el hecho de que las cuevas, aunque excavadas en la tierra, se encuentran en el mismo nivel del suelo y no descienden en profundidad, habiendo sido utilizadas como viviendas, mientas que las bodegas estaban destinadas a la elaboración y conservación del vino.
Entre ellos, cabe destacar La Cabañona, Rojo Lanillas (junto al que se encuentra la Fuente de El Póstigo) o Mundín.
La talla central de la Virgen pertenece al maestro burgalés Valeriano Martínez, que participó también en la restauración del templo.
Los fondos fueron trasladados desde su anterior ubicación, en dependencias del ayuntamiento, al no reunir las condiciones adecuadas para su conservación.