Iglesia de Santa María de la Asunción (Dueñas)

Las obras se inician a finales del siglo XII sobre una planta de planificación todavía románica que va a ir adoptando las nuevas soluciones técnicas del gótico (arcos ojivales y bóvedas de crucería), que están penetrando en esos momentos en Castilla procedentes de Francia a través del cercano Camino de Santiago, prolongándose su construcción a lo largo del siglo XIII.Cabe destacar su profunda cabecera que se compone de una capilla central con ábside poligonal precedido por un tramo recto.En especial, todas estas deficiencias han hecho que se haya visto afectada por el giro de las hojas del muro sur hacia el exterior, pudiéndose observar actualmente su inclinación a simple vista.Para solucionarlo, se reforzaron los seis pilares centrales, octogonales, formados por columnas adosadas y capiteles figurados, actualmente ocultos por el refuerzo.En este caso, el templo estuvo cerrado durante tres años, hasta octubre de 1951, haciendo coincidir su reinauguración con la celebración del V Centenario del Nacimiento de Isabel la Católica.Hubo también un retablo dedicado a San Pedro, proveniente quizás de la ermita dedicada a este santo, del que tan sólo se conserva hoy -en el baptisterio- la talla principal del conjunto, de gran envergadura.Debido al peso histórico de Dueñas, su iglesia principal contó con un importante cabildo parroquial formado por 12 beneficiados de preste, 4 diáconos, 3 subdiáconos y 8 graderos (es decir, aquellos que sólo habían recibido las órdenes menores).Entre los requisitos exigidos para acceder a un beneficio eclesiástico se encontraban poseer la patrimonialidad (es decir, ser natural de la localidad), tener la edad mínima necesaria (14 para las órdenes menores, 22 para subdiácono, 23 para diácono y 25 para preste) y hallarse libre de todo impedimento canónico.Vemos, por tanto, que los enfrentamientos fueron constantes y se extendieron a lo largo de toda su historia, entablándose un nuevo -y prolongado- pleito entre ambas comunidades a finales del siglo XV, en 1482.En el transcurso de este pleito se produjo, además, un interesante debate sobre si la iglesia parroquial llegó a ostentar en la Edad Media el rango colegial, pues es cierto que en la documentación de los siglo XIV y XV aparece la figura de un abad y, en ocasiones, se la designa como colegiata.Sin embargo, es una cuestión que todavía está por dilucidar, aunque esta posibilidad nunca se ha contemplado por la historiografía específica sobre este tema, pues, de haber existido, se perdió por completo en el siglo XV.El altar mayor, discutido patronato de los Acuña, está formado por un ábside poligonal precedido por un tramo recto.La gran profundidad de este espacio viene determinada por estar reservada a alojar el coro del cabildo, algo atípico en España.Sin embargo, de la cripta histórica, construida en el siglo XVI, nada se conserva y sólo sobreviven cuatro sepulcros pertenecientes a los siglos XV y XVI situados a cierta altura, unos cinco metros, en los muros laterales del ábside.En el lado del Evangelio aparecen dos sepulcros con efigies de Pedro (fallecido en 1482) y Fadrique (1558), primer y quinto conde respectivamente, que ejemplifican los cambios de estilo entre finales del siglo XV y mediados del XVI, realizado este último por Manuel Álvarez entre 1558 y 1560, aunque se construyó a modo de cenotafio para cerrar el conjunto funerario, ya que el conde se mandó enterrar en la cripta construida también en el altar, debajo del coro.Actualmente, bajo el altar se conserva una cripta moderna, realizada tras el incendio de 1948, donde fueron enterrados el principal promotor de su restauración: Federico Mayo Gayarre, junto a su suegro, Antonio Monedero Martín (1872-1940), y las mujeres de ambos, Ana Monedero Schlesser y Magdalena Schlesser Charón (aunque éstas sin epitafio).Para ello recibieron la autorización necesaria gracias a que los fondos de la importante restauración provenían del Instituto Nacional de la Vivienda, del que Federico Mayo era director general desde su fundación en 1939.Realizado para la iglesia parroquial, en el siglo XIX fue sustituido por otro, por lo que fue reclamado por los monjes de San Agustín, donde -tras su desamortización- quedó abandonado.Tras una minuciosa restauración, ha sido restituido a su lugar original, presidiendo el altar mayor.También posee especial interés, por su rareza, la sillería de coro, datada hacia 1500, en la que se combinan las tracerías góticas y los temas de salvajes, se piensa que relacionados con los nuevos descubrimientos, representando figuras mitad humanas, mitad monstruos, con garras y colas, vestidos como salvajes (ropajes y coronas vegetales), y que aparecen entre un follaje atípico de la zona en el que, incluso, aparecen piñas, características de un clima tropical.En esta capilla, destinada actualmente a albergar el Santísimo, esto es, el sagrario, se conserva también la talla más antigua de las que posee la iglesia, la única del momento de construcción de la misma, un Cristo crucificado del siglo XIII que, al igual que la iglesia, es transición románico-gótico.A partir de los cuatro elementos (tierra, aire, agua y fuego), aparecen ordenados con numeración romana los siete astros celestes conocidos: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno, hasta llegar a los diferentes cielos, el Firmamento, el Primvm Mobile o Primer Motor y el cielo Cristallinum, donde aparecen representados las jerarquías de los diferentes coros angélicos y, en la parte superior, la Santísima Trinidad representada con tres figuras antropomórficas, iconografía de la Trinidad censurada por el Concilio del Trento, al representar al Espíritu Santo como otra persona y no como una paloma.A partir del deseo de Dios (Desiderivm), en el siglo XII, el cartujo Guigo II menciona una Scala Claustralium compuesta por cuatro grados: lectio, meditatio, oratio y contemplatio.Finalmente, nos encontramos un retablo barroco del siglo XVII, gemelo al de San José con el niño que se encuentra justo enfrente, dedicado a la Virgen del Populo con una pintura dedicada a la Virgen con el Niño y, en el ático, una talla de San Francisco.Cuenta con un pequeño museo parroquial en el que se conserva la platería y orfebrería litúrgica, en especial la cruz procesional, cáliz expositor y portapaz, realizados por un orfebre vallisoletano en plata sobredorada a comienzos del XVI, donación de los Acuña.Gracias a lo cual, se puede reconstruir la historia de estas instituciones, que desempeñan un importante papel en nuestra sociedad.
Cabecera de la iglesia, donde se puede observar la pervivencia de elementos románicos en los ábsides central y septentrional
Vista general
Panorámica del antiguo convento de San Agustín
Retablo Mayor
Interior
Planta de la iglesia de Santa María de la Asunción de Dueñas con la ubicación de todos los retablos y altares
Cristo Yacente de la Escuela de Gregorio Fernández
San Isidro, patrón de Dueñas (15 de mayo), de Gregorio Fernández
Cristo Crucificado (siglo XIII )
Ecce Homo , Diego de Siloé