Villasarracino

El origen toponímico de Villasarracino se atribuye a un recuerdo más o menos oscuro de los sarracenos, que hipotéticamente se asentaron en estas tierras.

Los nuevos pueblos así creados son de difícil mantenimiento: la inseguridad económica y militar es constante.

Para contrarrestar esta situación se dan facilidades a los nuevos repobladores: se les invita a la repoblación otorgándoles buenos fueros, leyes favorables y amplias libertades para que no abandonen las nuevas tierras.

Su misión es vital y arriesgada: Crear una avanzada de choque frente a los ataques musulmanes.

Este último tipo de repoblación es el que atribuyo a Villasarracino.

Villasarracino sería la villa de Sarracinus, Sarracini, Sarraceni, Sarraceniz..., nombres éstos que así constan en numerosos documentos escritos de los siglos IX y X.

Un documento perteneciente al archivo de Lebanza, el cual se conceden numerosas posesiones a la Abadía allí existente, cita por primera vez a Villasarracino.

Dice así: «...et concedimus vobis in villa sarracena una serna de carrera a carrera usque ad carraera tabessanam...» (Y os concedemos en Villasarracino una serna (tierra de labor) de camino a camino hasta el camino tabessanam.

Recordemos, para finalizar, documentos de 1345 donde se describe la situación eclesiástica del pueblo, con sus dos iglesias de Sanct Roman y Santo uenia (Eugenia), con dieciséis clérigos a su servicio.

Situada al O de la provincia, con clima poco frío, bien ventilado y sano.

Los caminos son locales, y en regular estado el que dirige a Castrillo; los restantes malísimos.

Producciones: trigo, cebada, centeno, vino de mala calidad y algunas legumbres; se cría algún ganado lanar; caza de liebres, perdices y otras aves.

Casa consistorial
Iglesia de Nª Señora de la Asunción