Otro tercer derecho, la fonsadera, ya se había cedido por el rey en las behetrías a los hidalgos.
Continuamente citado y utilizado, hasta el año 1981 no ha contado con una edición científica, la realizada por el profesor Gonzalo Martínez Díez,[3] dependiendo hasta entonces de la edición comercial realizado por el librero montañés Fabián Hernández.
La presión ejercida sobre el rey debió ser muy fuerte, puesto que se comprometió a realizar en el plazo de nueve meses la información previa sobre qué lugares y derechos correspondían al rey y a cada uno de los fijosdalgo.
Todas las demás copias existentes actualmente proceden de este.
Este manuscrito se conserva incompleto, le faltan muchos folios y sobre todo adolece de un gran desorden en su foliación.
Se puede consultar por internet, puesto que está completamente digitalizado.
Especialmente se consideran martiniegas, servicios, monedas, fonsadera y yantares, a los que ocasionalmente se añaden variopintas figuras fiscales en las que es pródigo el mundo de las prestaciones económicas o personales de la Edad Media, Recoge todas las prestaciones que por cualquier título les corresponden, incluyendo lo que perciben en las behetrías los naturales y diviseros de las mismas.