Yantar

El buen comer merecía un buen tributo, por lo general en especie, los habitantes de los pueblos y de las zonas rurales para contribuir al sustento o alimentación del rey o de los señores cuando pasaban por dichos lugares.[1]​ Su uso en el lenguaje popular evolucionó hasta hacerse sinónimo de comer en su acepción primera, y extensivo a "vianda" y "manjar".Prerrogativa del monarca viajero, desde el siglo XIII podía ser sustituido por un pago en metálico.[3]​ Así queda referido, por ejemplo, en las Cortes de Valladolid de 1312, que fueron las últimas del reinado de Fernando IV de Castilla, y donde el rey prohibió que los infantes, ricoshombres, caballeros o merinos tomasen yantares.[5]​ Por su parte, el rey respondió que únicamente demandaría los 600 maravedís en concepto de yantar cuando participara en una campaña militar o estuviera en un asedio,[1]​ que los oficiales del rey deberían pagar las viandas que consumieran, que respetaría el privilegio de aquellos lugares que pagaban en concepto de yantar menos de 600 maravedís, así como el privilegio de algunos lugares de no conceder el yantar a menos que el rey en persona hubiera ido a él.