Reliegos

Siguiendo la ley romana que habían asumido los Visigodos, los "bienes de nadie" ("bona vacantia"), es decir, sin propietario determinado, pertenecían al Estado.

El jefe del grupo elegía las tierras que habían de roturar y las repartían entre sus compañeros en lotes, hoy llamados “suertes”.

Durante las siguientes centurias, aún se conservaron numerosos encinares, hasta que la repoblación medieval extendió e intensificó la explotación agraria.

En otro orden, existen arbustos de especies tan variadas como los endrinos o "brunos ciegos", que crecen en casi todos los antiguos linderos.

Así, los árboles están orientados plenamente a la recolección de sus frutos —manzanos, perales, ciruelos, cerezos, albaricoqueros, membrillos, brunos, moreras, castaños, nogales, higueras y almendros—.

Por otro lado, las hortalizas cultivadas son las características de toda la huerta leonesa —pimientos, guisantes, lechugas, berzas, escarolas, lombardas, nabos, rábanos, zanahorias, patatas, garbanzos, judías, acelgas, alcachofas, calabacines, calabazas y pepinos—.

En cambio, en las áreas de secano, tan arraigado durante centurias en esta zona, se siembran cereales —trigo, cebada, centeno y avena—.

Estos viñedos contienen cepas de variedades tan dispares como palomino-jerez, tempranillo-aragonés, híbrido, valenciana, garnacha riojana y alicante.

Entre los pájaros de menor tamaño destacan los trigueros, los verderones, los jilgueros, las lavanderas, los pardillos, los petirrojos —solo durante el invierno—, los ruiseñores, los mosquiteros o lúganos —visible cuando nieva en la montaña—, las abubillas, los alcaudones, los zorzales y los abejarucos.

Procedente de la Edad Media, han aparecido múltiples materiales, tanto en el pueblo como en diversos despoblados cercanos.

La llegada del pueblo bereber desembocó en un abandono generalizado de estos campos, que acabaron por convertirse en matorrales y robledales.

Así, el monarca emite una carta real en la que restituye al obispado legionense diversas villas ubicadas en Tierra de Campos.

Este privilegio también es beneficioso para la localidad de Reliegos, ya que se ubica en el alfoz del concejo mansillés.

Esta reunión sirvió para formalizar el Interrogatorio y responder a las Respuestas Generales que formaban parte del Catastro de Ensenada.

En total, 40 preguntas que ahondan en cuestiones relacionadas con los habitantes, las propiedades territoriales, los edificios, el ganado, los oficios, las rentas y los censos de población.

El peso original del aerolito era de 17,300 kg, aunque posteriormente se diseccionó en varios fragmentos para agilizar su estudio.

[41]​ La estructura económica de la localidad presenta una baja actividad industrial, con una gran dependencia del sector primario, la administración pública y, en menor medida, la construcción.

[43]​ En el término municipal predomina la superficie agrícola destinada a cultivos herbáceos (huerta, invernaderos y tierras arables).

Prueba de ello, son las numerosas bodegas excavadas en tierra que aun existen en los altozanos arcillosos próximos al casco urbano.

Sin embargo, no todo el camino consiguió ser la ruta principal de tránsito hasta épocas recientes.

[71]​ En consecuencia, otros itinerarios adquirieron mayor importancia, como es el caso del actual Camino de Santiago Francés.

[83]​ Después de dejar atrás las últimas viviendas, emerge una senda peatonal arbolada que discurre paralela a la carretera  LE-6615 .

El cementerio municipal primero, y poco después un crucero, son las últimas referencias antes de adentrarse en una larga recta que parece interminable.

En el recorrido existe también una exposición al aire libre de aperos etnográficos creada por los propios vecinos del pueblo.

La senda comienza a descender para adentrarse en Reliegos, localidad agazapada hasta el último momento ante los ojos de los peregrinos.

También es destacada una hermosa talla puramente gótica originaria del cercano despoblado de Escarbajosa; su último habitante, una mujer, trajo esta imagen en brazos hasta Reliegos.

A veces, las puertas y ventanas se enmarcan en un paño de ladrillos rematados en una pequeña cornisa o tejaroz.

Muchos están coronados por troneras, pináculos, cenefas o filigranas; formas que recuerdan a las construcciones orientales, como las pagodas chinas.

Entre los 35 estandartes presentes, se encontraba el pendón concejil de Reliegos, así como una réplica del mismo a menor tamaño.

El cordero guisado en pota de barro al fuego lento, que se cocina tradicionalmente en las fiestas patronales.