La vieira consta de dos valvas similares en tamaño, pero una mucho más abultada que la otra.
Son blancas con manchas rojas y tienen catorce surcos en disposición radial.
En la Edad Media, la ruta jacobea no terminaba en Santiago de Compostela sino que se prolongaba hasta Mugía y Finisterre.
Sin embargo, la vieira ya se había convertido en distintivo del Camino de Santiago.
Una venera muy esquematizada cuyos radios simbolizan una estrella o los caminos que conducen a Santiago es actualmente el logotipo de la ruta.