Omaña

[2]​ El topónimo «Omaña» —Oumaña en leonés— proviene, de acuerdo con la tradición, del nombre que los romanos dieron a los habitantes de esta zona: homus manium u «hombres dioses», por su dureza y resistencia;[3]​ esta interpretación es dudosa, puesto que la expresión homus manium no es correcta en latín y no es consistente con otros topónimos con las mismas raíces.

Las precipitaciones se reparten de forma irregular a lo largo del año, siendo más escasas en verano y concentrándose al final del otoño, en los meses invernales y al principio de la primavera.

[8]​ Los parámetros climáticos pueden resumirse de la siguiente forma: La carretera LE-493 atraviesa la comarca; pequeñas vías comarcales comunican este eje principal con las distintas poblaciones.

Las rutas principales de acceso a Omaña son, por el este, la autopista AP-66 o la carretera CL-623 (León-Villablino), tomando la LE-493 en la población La Magdalena.

Cada valle cuenta con unas pocas aldeas, generalmente de tres a cinco, que se suelen agrupar bajo el mismo municipio.

[17]​ El número de poblaciones agrupadas en un municipio (o, antiguamente, un concejo) varía bastante.

El censo de 1986 ya contabilizaba solo 4000 habitantes[8]​ y en 2011 no llegaban a 2400.

El mismo fenómeno se observa en la cabecera del río Luna en Laciana.

En las cotas más altas se da la vegetación típica de matorral, abundando los piornos (escobas) y urces o brezos.

Este tipo de vegetación tiende a ocupar las tierras centenales abandonadas.

En la zona de fondo valle abundan los chopos, negrillos y alisos.

Los productos de la huerta (legumbres, berzas y patatas) se dedican principalmente al autoconsumo.

A diferencia de las lineares y las huertas, divididas en minifundios, las tierras centenales eran parcelas abiertas distribuidas en hojas para agrupar las tierras sembradas y poder dejar pastar al ganado en las de barbecho.

De esta manera se obtenía el máximo rendimiento del terreno.

Estas tierras solían ser comunales y su explotación estaba reguladada por las ordenanzas de los concejos.

Los prados de regadío en cotas más bajas suministraban la hierba para alimentar al ganado durante el invierno.

El cultivo del centeno ha desaparecido y el las tierras más fértiles se suelen dedicar a la producción de pasto para la cabaña ganadera, que aún mermada por la despoblación, sigue siendo una parte importante de la actividad económica en la zona.

La cultura castreña se asocia a los astures,[36]​ aunque muchos fueron utilizados durante la ocupación romana como bases para organizar la intensa explotación minera de la zona que tuvo lugar en esta época.

También se nombra a los ríos Omania o Ommania y Samario.

Estos últimos consiguieron una victoria inicial en el siglo XIII, al otorgar Alfonso X el Sabio fueros que confirmaban a Omaña, —compuesta entonces por los concejos de Paredes, Traversales, La Lomba de Campestedo y Omaña— Luna, Babia, Laciana y otros como dependientes tan solo del poder real.

[39]​[38]​ Los cambios políticos del siglo XIX tuvieron poco impacto en Omaña, aparte de las sucesivas recomposiciones de sus concejos, agrupados ya a mitad del siglo en municipios; estos ajustes en la administración territorial fueron a veces criticados como inútiles y poco respetuosos con los usos tradicionales.

[17]​ Ninguna administración logró implementar políticas positivas para la comarca, que empezó a encontrarse cada vez más marginalizada.

Ante la amenaza que pesa sobre la lengua autóctona, ha habido varios esfuerzos para estudiar sus rasgos distintivos y recopilar el vocabulario propio de la comarca.

[44]​ La arquitectura tradicional omañesa se basa en la piedra y la madera como materiales preferidos de construcción.

Las casa suelen ser de planta rectangular, con cubiertas inclinadas, como es habitual en un clima donde las nevadas son abundantes.

El techado de paja (teito) constituye un buen aislante térmico, aunque se deteriora con el tiempo y debe ser reparado regularmente, llegando a durar un máximo de hasta 20 años.

El abandono del cultivo del centeno y la despoblación han hecho desaparecer poco a poco las cubiertas de cuelmo, que ha sido sustituidos por teja o pizarra o, en edificios auxiliares simplemente recubiertas con uralita.

Las construcciones más primitivas no tenían chimenea, y el humo se disipaba a través de los huecos del techado.

Además de celebrarse en ellas los servicios religiosos, las reuniones del concejo solían tener lugar en sus pórticos.

Otras leyendas tratan sobre Santiago Apóstol persiguiendo a los musulmanes en las batallas que habrían tenido lugar contra estos en la comarca.

Alrededores del municipio de Murias de Paredes, en Omaña
Montañas y valles configuran el paisaje en la comarca de Omaña
El urogallo cantábrico, una especie amenazada en Omaña y Valdesamario
Fotografía de parcelas cultivadas
Las pequeñas parcelas acotadas constituyen el tipo de explotación agrícola más frecuente en Omaña.
Recreación de un escudo medieval con los blasones de los señores de Omaña.
Foto de la iglesia de Rosales (Riello)
Iglesia típica de Omaña
Llosco