El fibrocemento se emplea principalmente para el revestimiento, aislamiento e impermeabilización de numerosas estructuras.
El origen del fibrocemento se remonta a 1900, año en el que fue ideado por Ludwig Hatschek, un ingeniero austríaco.
Una vez llegado al final de su vida útil y según la legislación vigente es España, es necesario proceder a su sustitución por otro material no cancerígeno.
Contienen en su fabricación óxido de circonio en un 14 % aproximadamente y la alcalinidad del cemento no las afecta.
Son resistentes a la humedad e impiden la proliferación de moho y bacterias.