La presencia humana en estas tierras debió ser muy temprana, según algunos hallazgos, como el de un yacimiento megalítico (Teso del Oro).
Ocuparon esta zona más tarde los vacceos, celtíberos que cultivaban cereales.
El general francés Jouniers ordenó una contundente represalia, incendiando el pueblo y ahorcando a cuantos hombres fueron capturados, catorce en total, en las ramas de un mismo árbol.
Durante mucho tiempo, a la entrada del pueblo, donde se decía que estaba aquel árbol, los naturales rezaban una oración en su recuerdo.
Tiene carácter patrimonial y aprovechamiento comunal, estando consorciado con el número de Elenco 3028.