Algunos cultivos se recolectan del medio silvestre (incluida la recolección intensiva, por ejemplo, ginseng).
[3] El trigo, el maíz y el arroz se cultivaron primero en pequeñas áreas cercanas a los asentamientos.
Si bien Oriente Medio ha sido considerado por mucho tiempo la cuna de esta evolución, los investigadores han identificado centros agrícolas que datan del mismo período en varios lugares del mundo.
Esta nueva práctica se utilizó para producir tanto forrajes como cereales.
También se mejoró el rendimiento mediante la selección de variedades más productivas.
[4] La revolución industrial en el siglo XIX con sus avances técnicos y tecnológicos tuvo un impacto en el desarrollo de los cultivos herbáceos.
A principios del siglo XXI, la agricultura arable se enfrenta a nuevos retos que requieren nuevos métodos: la agricultura, ya sea intensiva o extensiva, se está volviendo sostenible y respetuosa con el medio ambiente, con el objetivo de proteger el medio ambiente y garantizar así la producción futura.
Semanas o meses después, cuando las plantas florecían, se cosechaban los alimentos.
[10] Las primeras plantas domesticadas en Mesopotamia fueron el trigo, la cebada, las lentejas y algunos tipos de guisantes.
Otras plantas cultivadas por las primeras civilizaciones fueron el arroz (en Asia) y las patatas (en Sudamérica).
Algunas flores, como los tulipanes, se domesticaron por razones ornamentales o decorativas.
[11] El monocultivo tiene sus desventajas, según Himanshu Arora, como el riesgo de que el suelo pierda su fertilidad.
[16] En Estados Unidos, el maíz es el mayor cultivo producido, y la soja le sigue en segundo lugar, según el gobierno de Alberta.