Período helenístico

[5]​ Después que el Reino de Macedonia conquistó al Imperio aqueménida en 330 a. C., desintegrándose poco después,[6]​ se establecieron reinos helenísticos en Asia Occidental (seléucidas y atálidas), Balcanes (antigónidas), Norte de África (Egipto ptolemaico) y Asia del Sur (grecobactrianos e indogriegos).[5]​ A nivel religioso, la ética pasó a quedar cada vez más en mano de distintas escuelas filosóficas, hubo nuevas interpretaciones para los dioses olímpicos o se los identificó con foráneos, y se introdujo un culto extranjero que satisfacía las necesidades que los ritos tradicionales no podían cumplir.[23]​ La situación en que las polis y los persas desperdiciaron sus recursos en continuas guerras endémicas continuó por décadas,[24]​ mientras que al norte de la Hélade Filipo II llegaba al trono del Reino de Macedonia en 358 a. C., quien rápidamente aseguró su poder sobre todo su reino, creó un ejército bien entrenado y empezó a intervenir en la política interna griega.[43]​ Las anteriores guerras permitieron a las polis griegas recuperan parte de su independencia, aunque muchas habían perdido definitivamente su poder e influencia.[48]​ Murió pacíficamente en 283 a. C., siendo sucedido por su hijo Ptolomeo II, con quien el mecenazgo y la prosperidad económica continuaron, convirtiendo a Egipto en la principal potencia naval del Mediterráneo, pero también se iniciaron las disputas por la Celesiria con los seléucidas.[51]​ Dicho reino había perdido muchos hombres en edad militar en las últimas décadas, pues Alejandro Magno y los diádocos los reclutaron para sus campañas.[53]​ Por su parte, los celtas cruzaron el mar de Mármara, entraron en Anatolia y fundaron Galacia hasta ser vencidos por Antíoco I.Sin embargo, por décadas continuaron chantajeando a los pequeños reinos de la región hasta que Atalo I los derrotó.Sin embargo, su sucesor Filipo V se involucró en la segunda guerra púnica como aliado de Aníbal Barca e incitó las políticas antirromanas en las polis griegas.Su debilidad se hizo patente en 168 a. C., cuando Antíoco IV Epífanes estaba por invadir Egipto y una embajada romana le obligó a retirarse.[46]​ En Macedonia, Filipo V siguió generando desconfianza entre los romanos, especialmente después de vencer y desplazar a algunas tribus tracias.La última reina efectivamente gobernante, Cleopatra VII, buscó activamente el apoyo de caudillos romanos como Cayo Julio César y luego Marco Antonio, quienes se volvieron sus parejas.Cuando fue vencida por Cayo Julio César Octaviano acabó suicidándose y su reino fue anexado a Roma, siendo el último gran Estado helenístico en desaparecer.[74]​ Seleuco I utilizó la ocupación de Babilonia para legitimar su presencia en Mesopotamia, o su victoria sobre Lisímaco para justificar sus reivindicaciones sobre el Bósforo y Tracia.[75]​ Esta monarquía personal no tenía reglas de sucesión precisas, por lo cual eran frecuentes querellas incesantes y asesinatos entre los muchos aspirantes.[76]​ Por regla general, eran los griegos y los macedonios los que casi siempre ocuparon el título de amigos del rey (φίλοι, philoi).La monarquía helenística se apoyó en una aristocracia creada por el propio rey y desarrolló un carácter especialmente cosmopolita, muy lejos de la anterior nobleza solariega.Basándose en la idea aqueménida del derecho divino a gobernar, los reyes helenísticos justificaban su poder en ser representantes de los dioses.Más tarde se fundó un sacerdocio especializado para el culto del monarca vivo y de sus antepasados.Antíoco III en el 193 a. C., creó una comunidad de sacerdotisas que serían las encargadas del culto a su esposa Laódice.[98]​ La primera fue fundada por Epicuro, quien fue influenciado por el atomismo de Demócrito,[99]​ quien consiguió discípulos y difundió sus ideas, aunque no tanto como la otra escuela.[109]​ Según Alfonso Reyes Ochoa, en esa etapa que llama «de los judeo-helenos», la relación entre la divinidad y sus criaturas es el centro del mundo, no limitada como pasaba con los estoicos, alejada como con los epicúreos o ignorada como con los escépticos.[87]​ Sin embargo, los ritos de adoración tradicional se mantuvieron como expresión del respeto a los ancestros y su herencia.De hecho, este culto proliferó porque cuando Alejandro Magno fundó Alejandría lo promovió en la ciudad,[120]​ algo que continuaron los ptolemaicos entre los colonos atenienses, lo que llevó a su expansión a la propia Atenas, las islas del Egeo, Beocia, Corinto y el Peloponeso; esto fue facilitado por la identificación de Isis con diosas tradicionales como Selene, Hera, Io, Afrodita, Higía y especialmente Deméter.[85]​ También se representan a seres humanos en actos o posiciones instintivas y no controladas, como figuras de niños durmiendo profundamente.Hiparco sentó las bases de la trigonometría estableciendo la división del ángulo en 360 grados que dividió en minutos y segundos.[145]​ La figura del médico empezó a sustituir al mago o hechicero que se valía de los milagros.[156]​ Las islas griegas mantuvieron una cierta prosperidad gracias a las importantes vías creadas para el intercambio entre Asia, Egipto y Occidente.A partir de entonces su prosperidad aumentó, declarándose puerto franco al que llegaron mercancías desde Egipto, Siria y Fenicia.Se trataba de una burguesía mercantil, cuyas casas estaban decoradas lujosamente y donde podía contemplarse el arte helenístico en todo su apogeo.
El Apolo de Belvedere . Es una copia romana del siglo II a. C., se basa en un original perdido de finales del siglo IV a. C., aunque es muy probable que sea un pastiche basado en más de un original. Según Fleming y Honour, su postura casi danzarina, su físico afeminado, complejo peinado y rostro bello contrasta con las estatuas masculinas de la Atenas del siglo V a. C.. Debe mencionarse que con Alejandro Magno se estableció entre los griegos la moda de ir afeitado. [ 1 ]
La Venus de Médici . Es la mejor conservada de las 33 copias o versiones conocidas de una original perdida y que pudo realizar en los siglos III o II a. C.. Según Fleming y Honour, la primera pudo ser influenciada por la Afrodita de Cnido , aunque es menos idealizada y más rolliza y flácida, mostrando un atisbo de coquetería en su giro de cabeza y una actitud seductora con su gesto protector en las manos. [ 22 ] ​ Se denota el típico tratamiento del mármol en el período, buscando que su textura se asemejara a la suavidad y calidez de la carne para indicar elegancia, mundanidad y sofisticación a la vez. [ 1 ]
Mapa del Imperio macedonio creado por las campañas de Alejandro Magno . En rojo aparecen las ciudades que el monarca fundó y en flechas negras la progresión de su expedición.
Figurilla de bronce de una bailarina proveniente de Alejandría, siglos III o II a. C..
Las estatuillas de bronce y otros materiales que solían ser ofrendas votivas, representando a Terpsícore o a las ménades , pero durante este período pasaron a presentar bailarinas profesionales con gran naturalismo y servían de decoración. [ 85 ]
Busto romano en mármol de Demóstenes , basado en original de bronce de Polieucto de inicios del siglo III a. C., según Fleming y Honour expresa el contraste de un cuerpo débil y frágil y la fuerza de un alma indomable y noble, donde el primero impide que el segundo sea capaz de vencer a Filipo II de Macedonia. [ 111 ]
El Altar de Pérgamo . Levantado sobre una plataforma de 6 metros de altura, rodeado de una columnata jónica y con la entrada ubicada en la parte posterior para que todo visitante tuviera que rodear y ver la construcción. Rodeando la base hay un friso escultórico de 90 metros de largo y al interior de la columnata, a la altura del altar, hay un segundo friso de 73 metros. El primer friso está dedicado a la batalla entre dioses y gigantes, y como la talla era profunda se dan contrastes de luces y sombras que realzan la expresividad y la evocación de divinidades celestiales frente a gigantes terrenales. [ 127 ] ​ También se denota el naturalismo de los cuerpos según Fleming y Honour. [ 128 ]
Laocoonte y sus hijos , grupo escultórico del siglo I . Se basa en un original de Pérgamo del siglo III a. C..
Venus de Milo , estatua descubierta en Milo , una isla al sur del mar Egeo , datada a fines del siglo II a. C..
Tique de Antioquía , obra de Eutíquides , inicios del siglo III a. C..