Vivían en un área muy extensa que comprendía la parte oriental de la península balcánica más o menos hasta el valle del Morava, las regiones contiguas al norte del Danubio (entre los montes Cárpatos y el río Dniéster), y algunas estribaciones en Asia Menor.
Otros nombres de antiguas regiones habitadas por los tracios eran: Moesia, Dacia, Escitia Menor, Bitinia, Misia, Panonia y otras.
La civilización tracia evolucionó rápidamente debido a la expansión colonial griega y al avance persa en el sureste europeo.
Su hijo y sucesor Jerjes, sometió a todas las tribus tracias hasta las montañas Ródope.
Convertida en provincia del gran Imperio aqueménida, Tracia fue gobernada por sátrapas que llevaban una vida fastuosa, en residencias principescas bien amuralladas.
Según Heródoto, en el siglo V a. C., la presencia tracia era tan amenazadora, que los considera el segundo pueblo más numeroso y ramificado del mundo conocido, detrás de los indios, y que solo por su individualismo tribal no lograban unificarse en una gran potencia.
El reino odrisio tuvo una larga vida (formalmente hasta la constitución de la provincia romana), pero ya a finales del siglo V a. C. estaba dividido en dos partes y luego fue reduciéndose cada vez más.
Tracia se convirtió en una provincia macedonia que Alejandro Magno amplió llevando el confín al Danubio, aunque reconoció la autoridad local de los reyes rendidos.
El gobernador Lísimaco asumió el título de rey en el 305 a. C., pero comprometido en los conflictos entre diádocos, no logró doblegar a los tracios, con los cuales estuvo en continua lucha.
Aniquilan a la aristocracia indígena y su dominación dura hasta el 216 a. C. En dicha época, el área de la actual Bulgaria estaba repartida en varias provincias, con límites modificados en distintas ocasiones, no siempre conocidos con exactitud.
En la primera mitad del siglo II, los emperadores Adriano y Trajano, promovieron la urbanización, también para reactivar la economía de regiones fértiles que las guerras dacias habían devastado.
Sin embargo, no se realizó hasta mucho más tarde como resultado de un proceso gradual.
Una primera intervención fue motivada por una gran migración de germanos bastarnos a la península balcánica, resistida con éxito en el 28-29.
En la primera mitad del siglo II a. C., se fundaron las ciudades de Plotinópolis, Trajanópolis y otras.
Muchas piezas de cerámica pulimentada (tejas y vasos parecidos a los griegos) fueran descubiertas revelando la suerte que corrió la ciudad.
El Congreso fue organizado por la Fundación Henri Frankfort, institución privada cuyo principal propósito es aumentar el estudio de la prehistoria y protohistoria mediterráneas.